¿Es para tanto Taylor Swift? Estas cinco palabras formulan el mayor interrogante al que se enfrenta estas semanas el hombre moderno en el territorio ya no solo de la cultura y el espectáculo, sino también de la sociología, los zarandeos económicos y hasta la geopolítica. A partir de las 20.14 de este miércoles empezamos a desentrañar el misterio en el Santiago Bernabéu (habría sido bonito un retraso de 13 minutos, por preservar la cifra totémica), y debemos convenir en que The Eras Tour es el espectáculo más grandioso, apabullante, sofisticado y superlativo que se recuerda en el mundo occidental. Representa un ejercicio maestro de seducción masiva por la vía rápida de la hipérbole. Y en estos casos solo cabe disfrutar del despliegue de tecnología y capital humano (aún te queda por aprender, Rosalía) que durante tres horas y 19 minutos acontece con un dominio escénico milimétrico, pero sin la sensación de que la diva escatime energías o no sepa bien si se encuentra en Madrid o Sebastopol.
Taylor Swift, una diosa incontestable con mejor reino que canciones
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