Todo lo que necesitas saber sobre las operaciones de Ucrania en África

Todo lo que necesitas saber sobre las operaciones de Ucrania en África

Ucrania no pierde una oportunidad para mermar las capacidades de Rusia. Más allá de las incursiones en Kursk y la defensa de su propio territorio, desde Kiev han apostado en el último año por amplificar su estrategia más allá de Europa, en África, donde una serie de acontecimientos ponen en evidencia la participación de Ucrania en el tablero que se desarrolla en el continente más rico del mundo. Su atención se centra por el momento en el Sahel: concretamente, en Sudán, Mali y Mauritania.

Las operaciones ucranianas en Sudán se remontan mediados de 2023, pocos meses después de que estallara una guerra civil que enfrenta al ejército regular y al grupo paramilitar conocido como Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF por sus siglas en inglés). Debe conocerse que desde Moscú han expresado en repetidas ocasiones su apoyo al ejército regular, mientras que su líder, el general Al-Burhan, estrechó notablemente su relación con los rusos entre 2019 y 2023. En los sucesivos tratados de cooperación que se firmaron durante aquellos años, destacan el proyecto de construir una base naval con capacidad nuclear en el mar Rojo y la presencia continuada de mercenarios del Grupo Wagner (hoy conocido como Africa Corps) para la protección de las minas de oro de propiedad rusa y la formación de militares sudaneses.

El estallido de la guerra civil no pudo ser más inconveniente para la PMC y sus intereses, vinculados a los del Kremlin, en Sudán. Durante meses corrieron los rumores sobre la participación de operativos rusos en el conflicto; algunos señalaron que actuaron del lado del ejército regular mientras que otros decían que lo hacían del lado de las RSF. Sin embargo, todavía no existen pruebas a día de hoy que demuestren la participación directa de los rusos en el conflicto. La leyenda que rodea a la compañía de mercenarios, famosa en todo el globo, lleva en más ocasiones de las deseadas a confundir a cualquier contratista de seguridad blanco que pise el continente africano con los archiconocidos Wagner. Por ello, cualquier afirmación sobre la presencia de Wagner o sobre sus actuaciones en una nación africana debe tomarse siempre con la punta de los dedos. En cualquier caso, su presencia en Sudán (aunque se limite a la protección de las minas) es cierta. Y aquí fue donde dirigió Ucrania su primer acto de presencia en el tablero africano.

Fue en septiembre de 2023 cuando la CNN publicó una exclusiva donde afirmaba que los servicios especiales ucranianos “probablemente” eran los responsables de una serie de ataques realizados con drones contra las RSF. El uso que se dio a los drones contra objetivos paramilitares, añadido a la marca comercial de los mismos (una marca de uso común entre las Fuerzas Armadas de Ucrania), hizo considerar a los periodistas estadounidenses que la operación corría a cuenta de Kiev. Cuando Andriy Yusov, portavoz del SBU ucraniano, fue cuestionado al respecto, se limitó a contestar que “no podemos desmentir ni verificar esta información”. Pero no sería hasta noviembre del mismo año cuando el Kyiv Post difundió dos grabaciones de vídeo fundamentales. En la primera, se apreciaba un ataque con drones contra una población urbana. El segundo vídeo, grabado en horas nocturnas y con tecnología de infrarrojos, mostraba con un detalle mayor a efectivos armados con equipo occidental que combatían contra lo que se supone que se trataban de mercenarios Wagner en el área metropolitana de Omdurmán, en el barrio de Abu Rouf.

El diario ucraniano aseguró haber obtenido los vídeos por medio de una fuente vinculada a los servicios de inteligencia del país y que había dicho que “la grabación probablemente muestra el trabajo de unidades especiales del Ministerio de Defensa de Ucrania”. Nuevamente, la versión oficial no negó ni confirmó lo ocurrido.

Un acontecimiento más reciente habría tenido lugar en Mali. Fue el pasado 27 de julio cuando una columna compuesta por militares malienses y cerca de un centenar de operativos rusos resultaron masacradas por los rebeldes de Azawad, al norte del país, que se enfrentan desde el verano de 2023 contra el gobierno maliense en busca de la independencia de su país soñado. Pocos días después de este suceso, el Kyiv Post volvió a publicar imágenes obtenidas por medio de canales difusos y donde se apreciaba a un grupo de combatientes de Azawad que sostenían una bandera ucraniana frente a la cámara. Además, en la imagen aparecían cuatro combatientes blancos y vestidos a la manera europea. Andriy Yusov declaró ese mismo día que “los rebeldes recibieron la información necesaria, lo que permitió una operación militar exitosa contra los criminales de guerra rusos. No discutiremos más detalles por el momento, pero habrá más por venir”.

No tuvieron que pasar muchas horas hasta que se demostró que la fotografía publicada era falsa, retocada con Photoshop, y que correspondía realmente a una visita realizada por una oenegé británica, en junio, a los rebeldes. La bandera ucraniana fue plantada por ordenador y varios de quienes figuran en la imagen fueron incluidos de forma digital. Igualmente, existen serias dudas sobre hasta qué punto llegarán los tentáculos de la inteligencia ucraniana a Mali, como no sea con la ayuda de otras potencias europeas.

Sea cierta o falsa, la supuesta colaboración de Ucrania con los independentistas de Azawad no deja de ser relevante. Si fuera verdadera, porque demuestra una nueva acción directa de Ucrania en suelo africano y que busca debilitar el poderío ruso que lleva extendiéndose a lo largo de la última década. De ser falsa, y si las declaraciones de Yusov se tratan de una forma de propaganda, debe considerarse el papel de Ucrania como una forma de psyops (operación psicológica) para aumentar el peso de Kiev en la región… aunque éste se reduzca a las palabras. Lo que no cabe duda es que la reacción de Mali ante la sospecha fue contundente: la semana pasada anunciaron que rompían sus relaciones diplomáticas con Ucrania, y poco después se supo que Níger seguía el camino de los malienses como forma de solidaridad con el país vecino.

En un comunicado emitido con motivo de esta ruptura, los malienses declararon su “profundo asombro” por las declaraciones de Yusov, calificando la actuación ucraniana como “un ataque cobarde, traicionero y bárbaro”. En un demoledor último párrafo, añadieron que las acciones ucranianas “muestran un claro apoyo oficial del gobierno ucraniano al terrorismo en África […] y violan la soberanía de Mali, van más allá del marco de injerencia extranjera, ya de por sí reprobable, y constituyen una agresión en apoyo al terrorismo internacional”. Igual de serias fueron las declaraciones prestadas por el portavoz de la junta militar nigerina.

No debe ser casualidad que menos de dos semanas después de la masacre de los operativos rusos en Tinzaouatene, Ucrania haya inaugurado una nueva embajada en Mauritania, país colindante con Mali por el oeste. Ahora debe recordarse que las relaciones entre Mali y Mauritania han sufrido un grave deterioro en el último año. Los malienses acusan a los mauritanos de acoger a terroristas que cruzan la frontera para buscar descanso y reunirse con sus familias, mientras diversas incursiones en territorio mauritano realizadas por patrullas mixtas de malienses y rusos han concluido con varios civiles mauritanos muertos. Estas tensiones han ido en crecimiento, por ejemplo, tras los recientes ejercicios militares realizados por Mauritania junto a la frontera maliense, pero también quedan escenificadas en las continuas reuniones entre delegaciones de ambas naciones para buscar una salida a la crisis.

Que Ucrania abra una embajada en una nación a la que Mali acusa de acoger a terroristas y cuyas relaciones se encuentran en un punto crítico, menos de quince días después de la masacre en Tinzaouatene, puede ser casualidad… pero no deja de resultar representativo a la hora de considerar las acciones de Kiev en suelo africano. Las preguntas que surgen en las redes sociales son diversas. ¿Se debe la participación ucraniana en África a una táctica ofensiva contra Moscú? ¿A un acuerdo registrado con Occidente para mantener el flujo de ayuda? La desinformación y la niebla que lo cubre todo hacen que hallar una respuesta sea una tarea difícil. Pero cabe esperar, como auguró Yusov, que las noticias sobre Ucrania en el continente africano todavía continuarán.

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