Ucrania ha actualizado su vehículo de superficie no
tripulado, USV por sus siglas en inglés, multipropósito Sea Baby
para mejorar su
capacidad de combate naval y seguir atacando a la flota rusa en el Mar Negro.
Los drones navales Sea Baby, fabricados por el Servicio de Seguridad de Ucrania, SBU, han aumentado su capacidad para transportar carga
explosiva y pueden hacerlo a distancias más grandes, cubriendo prácticamente
por completo el Mar Negro.
Artem Dehtiarenko, portavoz del SBU, ha señalado a
medios ucranianos que el Sea Baby ha sido mejorado para llevar más de una
tonelada de explosivos a lo largo de más de 1.000 kilómetros.
Anteriormente, estos USV solo podían llevar una carga de 800 kg a una
distancia de unos 800 kilómetros. ‘Hoy, el SBU puede atacar barcos
enemigos prácticamente en cualquier lugar del Mar Negro’, ha afirmado el
portavoz.
Según Dehtiarenko, los Sea Baby se han utilizado para atacar
11 barcos rusos desde que comenzó la guerra. Entre ellos, las corbetas Samum
y Pavel Derzhavin, el petrolero SIG, el barco de asalto anfibio Olenegorsky Gornyak, el remolcador Nikolay Moore y el barco de reconocimiento e
hidrográfico Vladimir Kozytskyi.
También destacó, según recoge Ukrinform, que los Sea Baby no
son solo drones kamikaze, sino que constituyen plataformas
multipropósito que pueden realizar misiones de combate diversas. ‘El SBU ha
equipado algunos drones con lanzacohetes múltiples Grad, algunos se dedican a
la minería remota’, ha afirmado. Tras las mejoras recibidas, el coste de cada
Sea Baby es de 204.000 dólares, unos 187.000 euros.
En marzo pasado, el SBU publicó imágenes de un Sea Baby
adaptado con lanzacohetes Grad siendo usado desde tierra, con el dron
montado sobre una plataforma con ruedas. Ese mismo mes, Moscú anunció que
agregaría ‘armas de fuego adicionales, sistemas de rifles de ametralladora de
gran calibre’ a su Flota del Mar Negro para ‘destruir vehículos no tripulados
enemigos’.
Los drones están siendo usados a una escala sin precedentes
en este conflicto y han permitido a Ucrania, con una reducidísima flota naval
compuesta solamente de buques de patrulla oceánica y dragaminas, obtener
éxitos significativos contra la Flota Rusa del Mar Negro. Todos ellos
gracias al uso de drones como los Sea Baby, con el que también atacó Ucrania el
Puente de Crimea, o los Magura V5 con los que hundió el segundo buque
más grande de la Armada rusa, el César Kunikov, el pasado marzo. El
primero, el crucero lanzamisiles Moskvá, fue hundido tras un ataque con
misiles crucero en abril de 2022.
