Hace unos 17.000 años un cazador recolector abatió a un caballo en un bosque de la actual comunidad de Cantabria y un fragmento del proyectil de piedra usado para ello quedó incrustado en la mandíbula del animal, que ahora ha sido hallado e identificado por un grupo de investigadores en la Cueva de La Garma. Es la primera vez que se realiza un hallazgo de este tipo en la península Ibérica durante el período del Paleolítico.
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