Una cápsula de aceite, prometedora para reducir la obesidad que se ‘hereda’

Una cápsula de aceite, prometedora para reducir la obesidad que se ‘hereda’

Un estudio ha descubierto una nueva herramienta potencial para combatir el creciente problema de la obesidad infantil. La investigación sugiere que si los padres realizan un simple cambio en la dieta, podrán ayudar a abordar este acuciante problema de salud. Sería tan sencillo como tomar suplementos de Omega 3 a base de aceite de pescado.

Un avance prometedor en un mundo en el que el número de jóvenes obesos de entre 5 y 19 años ha pasado de 31 millones en 1990 a 160 millones en 2022, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este sobrepeso puede aumentar el riesgo de diabetes, hipertensión arterial y colesterol alto, además de provocar baja autoestima y depresión.

Para averiguar si la dieta paterna podía influir en la salud de la descendencia, un equipo de investigadores de la Universidad de Siracusa (Nueva York, EE UU) dio a ratones machos una dieta rica en grasas con o sin aceite de pescado añadido. Comprobaron que las crías de los machos que consumían aceite de pescado tenían un peso corporal más bajo y mostraban una mejor salud metabólica que las crías de los padres que no tomaban suplementos de aceite de pescado.

«Aunque se necesitan más estudios en humanos, este descubrimiento abre una nueva frontera en nuestra comprensión de cómo los padres, más allá de la genética, influyen en el bienestar de sus hijos», afirma Latha Ramalingam, profesora en la universidad y autora del trabajo. «El aceite de pescado, un suplemento fácilmente disponible y seguro, podría convertirse en un arma poderosa en nuestra lucha por una próxima generación más sana», asegura.

Gran potencial contra la obesidad infantil

Los resultados se han presentado en «Nutrition 2024», la emblemática reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición que se celebra hasta el 2 de julio en Chicago. Los investigadores afirman que este es el primer estudio que examina los patrones de herencia exclusivamente en la línea paterna. Se basa en su trabajo anterior, que demostró los beneficios de la suplementación con aceite de pescado en las madres para reducir el riesgo de obesidad infantil.

En el nuevo estudio, en el que participaron casi 150 ratones, los investigadores alimentaron a ratones macho con una dieta rica en grasas con o sin aceite de pescado añadido. A continuación, se aparearon con ratones hembra que consumían una dieta normal saludable baja en grasas.

Los investigadores descubrieron que las crías alimentadas con una dieta sana baja en grasas y engendradas por machos que recibían aceite de pescado pesaban menos a los siete y a los 21 días que las crías de los machos que no recibían aceite de pescado. Las crías de los varones que recibieron aceite de pescado también presentaron una mejor salud metabólica, medida por el aclaramiento de glucosa y la sensibilidad a la insulina.

«Este concepto ofrece un gran potencial para remodelar nuestras estrategias de lucha contra la obesidad infantil», afirma Ramalingam. «Imaginemos un futuro en el que la orientación dietética previa a la concepción no se dirija únicamente a las madres, sino que incluya también a los padres, permitiéndoles desempeñar un papel más activo en la promoción del bienestar de sus hijos desde el principio», anima.

Los investigadores estudian ahora los posibles mecanismos por los que los cambios dietéticos afectan a los espermatozoides, con el objetivo de comprender mejor cómo influye esta transferencia de información en la generación siguiente.