Una mirada al horror de los niños refugiados

Una mirada al horror de los niños refugiados

Barbarie y genocidio. Guerras. Desastres naturales. Regímenes totalitarios, hambrunas y crisis climáticas dentro y fuera del foco. Todo ello emerge y asoma a las ventanas que Acampa por la Paz abre en el VIII Encuentro Internacional “Infancia y juventud refugiada” en el corazón de La Coruña (Galicia) para reflexionar sobre los millones de niños y niñas a los que, entre todos, hemos negado su derecho a serlo. El palestino Majdi Fathi, el francés Vincent Tremeau, el argentino Rodrigo Abd, junto a Ana Palacios, Pedro Armestre, Marta Moreiras, Bruno Thevenin o Diego Ibarra son los ocho fotoperiodistas que prestan su mirada sobre la infancia y la juventud vulnerable. Ellos tomarán con sus obras los Jardines de Méndez Núñez desde el 7 y hasta el 30 de junio. Sus imágenes, a gran formato, no dejarán a nadie impasible.

1/MAJDI FATHI

Este fotoperiodista gazatí lleva documentando el genocidio de su pueblo desde el
pasado octubre, atrapado en su tierra. Las ciudades, las plantas potabilizadoras de
agua, los suministros, los hospitales… todo en la Franja de Gaza ha quedado reducido
a escombros, con una población civil obligada a desplazarse una y otra vez bajo el
asedio y las bombas israelíes. En medio de todo ello, miles de niños y jóvenes
aterrorizados pierden la vida. Las cifras oficiales sitúan en más de 15.000 los
pequeños y pequeñas asesinadas, mientras una infancia herida física y
emocionalmente multiplica por mucho ese dramático número. Los y las supervivientes
estarán marcadas para siempre por la barbarie. Pese a todo, o quizás por ello, Majdi
Fathi ha querido titular su exposición “Mi derecho a vivir”

2/ MARTA MOREIRAS

Vivir con una discapacidad funcional no es fácil. Hacerlo en Guinea Bissau lo es
menos. Cuando el albinismo o la discapacidad física son considerados fruto de un
embrujamiento del que hay que protegerse o avergonzarse, la cosa se complica. Pese
a ello, las imágenes que Marta Moreiras expone en Acampa 2024 traen con ellas la
esperanza. La empatía, esa que aún viene de serie cuando el que mira es un niño o
una niña, lo hace todo un poco más fácil.

3/ PEDRO ARMESTRE

Mirar para ver lo que son. Niños. Niñas. Menores no
acompañados. Solo eso. Esta es la infancia que llama a la frontera sur europea y la
que Pedro Armestre lleva hasta La Coruña. Calados después de nadar horas hasta
alcanzar la costa, o extenuados después de morir de sed días y días en el fondo de
una patera. Doloridos tras retorcerse en los bajos de un camión, o agazapados en el
bosque como animales acorralados. Solos. A cientos o miles de kilómetros de esa red
de seguridad que es la familia. Sin nadie, en definitiva, que les coja de la mano.

4/ RODRIGO ABD

Afganistán se ha salido del foco mediático internacional. Fundido a negro. Por eso la
propuesta expositiva de Rodrigo Abd en Acampa 2024 es tan reivindicativa como
necesaria. Fotografías en blanco y negro realizadas con una cámara minutera en el 2023, ya con
el yugo talibán nuevamente en el poder afgano. Esas niñas y niños, esas mujeres que
protagonizan sus fotografías nos interpelan, nos obligan a mirar. Precisamente hacerlas
con una kamra-e-faoree, un artilugio muy popular que estuvo en uso en sus calles hasta principios de los 2000, hizo caer las barreras y permitió a Rodrigo Abd realizar
este impactante trabajo. Afganistán. Su infancia y sus mujeres reclamarán su visibilidad.

5/ DIEGO IBARRA

La guerra siempre se lleva muchas cosas por delante. Deja muchas víctimas, algunas a
largo plazo. Es el caso del derecho a la educación. Eso es lo que Diego Ibarra trae a
Acampa 2024. La educación secuestrada por la guerra de Rusia sobre Ucrania. En sus
imágenes asoman niños y niñas ucranianos entre los escombros de sus escuelas y
colegios, accediendo a las aulas protegidos por soldados o tratando de estudiar a la luz
de una vela. Porque las guerras no solo barren la infancia presente, también el futuro.

6/ ANA PALACIOS

El horror y la esperanza. Miles de menores son víctimas del tráfico anualmente en África
subsahariana, vendidos por unos pocos euros con falsas promesas de una vida mejor.
Ana Palacios nos acerca la esclavitud infantil de Togo, Benin o Gabón, una lacra que
hunde sus raíces en la extrema pobreza. Pero también la esperanza que se abre con lo
que ella bautiza como “puerta de atrás”, o lo que es lo mismo, el resultado de los
proyectos que organizaciones y gobiernos impulsan para conseguir el regreso de esa
infancia esclava a sus familias y a sus comunidades. Un retorno tutelado y vigilado del
que toda la comunidad es responsable.

7/ BRUNO THEVENIN

El mal llamado primer mundo también produce, sin la más mínima vergüenza social,
sus infancias imposibles. La Cañada Real, en la capital española, es uno de esos
referentes que deberían no serlo. Desde octubre del 2020 un amplio sector de la
Cañada Real Galiana permanece a oscuras. Más de 4.000 personas, muchos de ellos
ancianos, enfermos, no tienen suministro eléctrico. Como narra Bruno Thevenin en sus
imágenes, 1.800 niños y niñas han visto pasar inviernos, ‘filomenas’,
navidades, y veranos sin energía eléctrica con la que calentarse, refrescarse, celebrar
o mismo respirar. Los Derechos Humanos pisados y son muchos los que miran
para otro lado.

8/ VINCENT TREMEAU

Aunque parezca imposible, todos los niños y niñas que transitan en esos espacios
vulnerables y vulnerados se resisten a dejar de serlo. Y, como tales, sueñan. Vincent
Tremeau ha fotografiado a lo largo de varios años, en distintos puntos del planeta, los
deseos y esperanzas de todos ellos a modo de un disfraz que quiere ser futura piel.
Así, en Acampa 2024 se puede verlos convertidos en futuros doctores, fotógrafos, mujeres
libres que escapan del matrimonio infantil, marineras, comerciantes o científicos…