Veinte Premios Nobel dan la cara por L’ Albufera de Valencia

Veinte Premios Nobel dan la cara por L’ Albufera de Valencia

Si veinte Premios Nobel defienden una causa, lo mínimo que se puede pensar es que es debe ser justa y beneficiosa. Como cada año la deliberación de los Premios Jaime I reúne en Valencia a una selección de cerebros privilegiados. El cambio climático o la necesidad de invertir en ciencia para avanzar como sociedad son dos asuntos que siempre salen a la luz en estas reuniones. Lo que no es habitual es que escenifiquen su apoyo a una cuestión que podría entenderse como local, en este caso declaración por parte de la Unesco de L’ Albufera como reserva de la biosfera.

Los jurados de la trigésimo sexta edición de los Premios Rei Jaume I destacaron ayer la importancia de estos espacios naturales para conservar la biodiversidad, de ahí su defensa, pues se trata de importante símbolo.

Así, de manera unánime respaldaron la petición liderada por el Ayuntamiento de Valencia, y apoyada por la Generalitat, para que el Parque Natural sea reconocido dentro de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera.

El objetivo de la iniciativa es ampliar la figura de protección existentes para «conservar la diversidad biológica y ofrecer medios de subsistencia sostenible a las comunidades locales».

En declaraciones recogidas por EFE, el premio Nobel Jack Szostak (Medicina 2009) subrayó que los espacios naturales son «fundamentales» para conservar la biodiversidad porque muchas especies se están extinguiendo por causa de los humanos. «Es fantástico tener un lugar como este para luchar contra dichos problemas».

Por su parte, David MacMillan (Nobel de Química en 2021) remarcó que desde el punto de vista biológico y médico, «no sería prudente si destruimos la diversidad, que forma parte de donde vamos a aprender ciencia».

El futuro inmediato

La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, recordó que el Ayuntamiento está trabajando en dos iniciativas muy importantes para mejorar el Parque Natural. Por un lado, se estudia la capacidad de los humedales, y en concreto de L’ Albufera, para absorber carbono y reducir emisiones.

En una segunda línea de actuación se está elaborando un catálogo de actuaciones focalizadas en la huerta y a L’ Albufera para que las empresas valencianas puedan compensar su huella de carbono.

Se trata, de inversiones relacionadas con la Capitalidad Verde, pero «que perdurarán en el tiempo, porque tenemos la suerte de contar con un tejido empresarial comprometido, que es nuestro mayor aliado en este camino».

La alcaldesa de Valencia dio las gracias al presidente de la Fundación Jaume I, Vicente Boluda, y del presidente ejecutivo, Javier Quesada, ante esta cuestión. «Les pedí que la Fundación Jaume I se unieran a este proyecto y por primera vez la Albufera, como máximo exponente del conjunto de espacios verdes de nuestra ciudad, se sitúa como un tema central en la agenda de los Premios».

Catalá lamentó que el lago esté en un estado de salud «mejorable». El motivo es la falta de agua por lo que, una vez más, reclamó al Gobierno central que cumpla con los caudales establecidos en el Plan de cuenca del Júcar.

El presidente de la Junta Rectora del Parque Natural de la Albufera, Carles Sanchis, subrayó que para abordar los problemas que tienen este ecosistema hay soluciones técnicas, pero apuntó que este espacio «necesita momentos de tranquilidad institucional, que no son precisamente los momentos electorales», según recoge EFE.

Según Sanchis, la Albufera está siguiendo una larga evolución de mejora desde hace tres décadas. Sin embargo, dijo que dicha evolución es la que es conoce como «dientes de sierra», es decir, hay «grandes avances y pequeñas paradas».

Sobre el momento actual, lamentó que esté en una pequeña parada y de ahí, la urgencia de la declaración de la Unesco. «Necesitamos un soporte inversor y de reconocimiento internacional para dar el salto y seguir avanzando en la mejora de la calidad del agua». A su juicio, para acabar con el problema de la cantidad de agua en L’ Albufera se han de buscar soluciones técnicas y advirtió que las circunstancias son comunes en todo el litoral mediterráneo, «los recursos son cada vez más escasos y el escenario del cambio climático complica la situación».

[[H2:El peligro del «escepticismo científico»]]

Los premios Nobel Jack Szostak (Medicina 2009) y David MacMillan (Química 2021) coincidieron en destacar que el «escepticismo científico» puede ser «peligroso» para el avance y el progreso y lamentaron que a causa de los conflictos entre naciones se esté perdiendo el intercambio de ideas porque la ciencia requiere para avanzar de un esfuerzo internacional. «De alguna manera esto se está derrumbando a causa de los conflictos entre naciones, a causa de la propiedad intelectual, el uso militar de la tecnología científica, como la inteligencia artificial, o también los avances médicos porque la gente tiene miedo de colaborar porque hay cuestiones relativas a la propiedad intelectual», afirmó Szostak. Preguntados por el nivel de la ciencia en España, David MacMillan aseguró que en el campo de la química es uno de los «líderes mundiales. Veo personas que se esfuerzan por el futuro del planeta» y remarcó el gran número de empresas farmacéuticas punteras. Así mismo, se refirió al alto nivel científico en la sanidad pública en España, algo que «en nuestros países no está suficientemente apoyado».