Vivir con alopecia areata: cuando la calvicie llega de forma drástica también en la adolescencia

Vivir con alopecia areata: cuando la calvicie llega de forma drástica también en la adolescencia

Largo, corto, teñido, con mechas… El pelo se ha convertido en un símbolo de belleza que provoca grandes quebraderos de cabeza cuando comienza a desaparecer de forma progresiva, ya que suele conllevar el deterioro de la autoestima y la aparición de algunos problemas psicológicos derivado de ello. Sin embargo, la alopecia androgénica, es decir, la calvicie común, no es la única razón por la que alguien puede llegar a perder su pelo.

Se estima que «hay más de cien tipos distintos de alopecia y todas ellas afectan mucho a la calidad de vida de los pacientes. Una de las más duras es la alopecia areata, que es la segunda más frecuente, tan solo superada por la calvicie común. De hecho, en España más de 8.000 personas conviven a diario con ella», asegura el doctor Sergio Vañó, dermatólogo y director de la Unidad de Alopecia del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid. En estos pacientes, la pérdida de pelo puede producirse de una forma muy rápida y drástica y, aunque la causa no está aclarada totalmente, «se sabe que la alopecia areata tiene un origen autoinmune, es decir, las defensas del propio organismo atacan a la raíz del pelo produciendo una inflamación que hace que se caiga y no vuelva a crecer hasta que la inflamación cese. El motivo por el que se desencadena esta reacción inflamatoria es completamente desconocido, aunque existen pruebas de que la genética influye en su desarrollo y el estrés puede actuar como desencadenante», explica el doctor Vañó.

A cualquier edad

La alopecia areata no entiende de edad ni de sexo, ya que aparece tanto en hombres como en mujeres y puede iniciarse en cualquier momento de la vida, incluso desde la infancia. En concreto, este tipo de alopecia aparece en el 80% de los casos antes de los 40 años y en el 20% cuando la persona todavía no ha cumplido los 18, un debut temprano que marca el devenir del paciente, ya que cuanto antes aparece, peor es el pronóstico.

«La alopecia areata es una enfermedad visible que marca física y psicológicamente a quien la padece, pero en el caso de los adolescentes resulta, si cabe, más grave, ya que estos tienen que hacer frente a la aparición de la patología cuando todavía no han llegado a la edad adulta. Todo ello hace que se conviva con la pérdida de pelo en una etapa marcada por los constantes cambios emocionales, advierte el doctor Raúl de Lucas, jefe de sección del Servicio de Dermatología pediátrica en el Hospital Universitario La Paz de Madrid.

Y así lo confirma Concepción Botillo, paciente y presidenta de la Asociación Alopecia Madrid, quien hace hincapié en que «esta enfermedad representa un desafío emocional muy grande para quienes la padecen, especialmente en los más jóvenes, ya que el diagnóstico llega en un momento de cambio, donde la imagen y la autoestima se ven afectadas. Esta combinación puede tener un impacto en la autoimagen y la confianza, algo a lo que se suma la incomprensión y el desconocimiento social que, a día de hoy, todavía existe. Por ello, es vital comprender que detrás de cada mechón de cabello perdido hay un torrente de emociones que merecen ser reconocidas y apoyadas».

Sin pelo en todo el cuerpo

Existen muchas formas de alopecia areata. «La más frecuente es la aparición de áreas sin pelo ovaladas en el cuero cabelludo de forma aislada o poco numerosas, mientras que si el número de placas aumenta podemos decir que es multifocal. Las formas más graves producen una pérdida del cabello generalizada y muy rápido, incluso llegando a perder todo el pelo del cuero cabelludo en apenas unas semanas. En ocasiones, también se puede perder el vello de las cejas, las pestañas y del cuerpo, denominándose alopecia areata universal», detalla el doctor Vañó. Pero el impacto va más allá, ya que los pacientes pueden presentar síntomas que afectan a su día a día como son la secreción nasal y los estornudos frecuentes, la irritación en los ojos, la sensibilidad a los cambios de temperatura y las quemaduras solares o fragilidad en las uñas.

Según los especialistas, la evolución de la alopecia areata resulta imprevisible, ya que puede durar unos pocos meses o muchos años. «Al tratarse de un proceso autoinmune, puede presentar episodios de mejoría, pero de la misma forma puede estar “activa” y perderse pelo durante mucho tiempo. Por ello, resulta fundamental diagnosticar a tiempo el problema y actuar precozmente», recomienda el doctor De Lucas.

Incomprensión marcada por el desconocimiento

A pesar de ser el segundo tipo de alopecia más frecuente en nuestro país, después de la calvicie común, la alopecia areata es una gran desconocida para el 70% de los españoles, tal y como indica la encuesta titulada «Alopecia areata en España: conocimiento y percepción de la enfermedad», impulsada por Pfizer. Y esta cifra es mayor cuando se trata de pacientes adolescentes, ya que este estudio sociológico muestra que nueve de cada diez encuestados al ver un niño o adolescente sin pelo confunde la patología que sufre, pues un 65% afirmaría que está bajo tratamiento oncológico. De hecho, según los datos de esta encuesta, solo un 2,38% de los españoles cree que esta enfermedad puede afectar a personas de entre 12 y 18 años, lo que demuestra la confusión que existe en la sociedad acerca de la alopecia areata en menores de edad.

*Reportaje elaborado en colaboración con Pfizer