¿Y si Bette Davis no fue la «Loba» que dijeron?

¿Y si Bette Davis no fue la «Loba» que dijeron?

Una mujer madura irrumpe en el “Hollywood Reporter” para poner un anuncio: «Madre de tres hijos. Divorciada. Treinta años de experiencia como actriz de cine. Todavía con movilidad y más amable de lo que dicen los rumores. Busca empleo estable en Hollywood». El periodista que la recibe no da crédito a lo que está viendo, pero ella misma se lo confirma: «Sí, soy yo, Bette Davis». Este hecho real es el punto de arranque, o «la excusa», de la que parte el dramaturgo Juan Mairena para indagar en el mundo de la mítica actriz y contar su vida. «Loba», la llamaban, y ese es el nombre de esta pieza teatral que interpretan Mélida Molina (Bette Davis) y Carlos Troya/Jorge Varandela como Lukas Heller, que estará en el Teatro Fernán Gómez hasta el 26 de octubre.

«La obra está inspirada en el momento en que viene a España a recoger el Premio Donosti a toda su carrera. Yo tenía la idea del anuncio en el periódico y veía ahí una escena, cómo reaccionarían los redactores, uno de ellos Lukas Heller, al verla llegar», explica el autor sobre la génesis de este espectáculo que rinde tributo a una de las mejores actrices de la historia, «una mujer especial, con fama de carácter y fuerte personalidad, que luego no era tan fiera como la pintaban, porque en realidad fue una mujer maltratada, por la industria y en la vida personal por sus maridos, que le pegaban –destaca Mairena–, ella misma decía en el anuncio “y más amable de lo que dicen los rumores” y aunque tenía muchos enemigos, los actores hablaban muy bien de ella en los rodajes por su profesionalidad. Lo que más le enardecía era un buen trabajo y se enfadaba cuando no era así porque era muy exigente, pero también muy generosa y colaboradora», afirma.

Para Mairena, Bette Davis fue una adelantada a su tiempo. «Una de las primeras en luchar contra el machismo, de las pocas que plantaban cara a productores como Jack Warner y una de las primeras en aceptar papeles poco favorecidos, donde incluso tuvo que salir con la cabeza rapada, y de heroínas malas que nadie quería interpretar, todas querían hacer de buenas y de guapas. Su lucha –prosigue– fue por hacer buenas películas y poder elegir los guiones y para eso tuvo que enfrentarse al prototipo de mujer que buscaba Hollyvood, que era ser guapa, pero ella enarboló la bandera del realismo –nunca se sometió a cirugía estética alguna– y se opuso a la discriminación por razón de edad y a la falta de guiones para mujeres maduras, a las que ya no ofrecía papeles, por eso puso el anuncio». Para el director, «este es un homenaje a ella y a todas las actrices que estuvieron toda la vida luchando y, al final, fueron relegadas al olvido. Bette Davis, estuvo ahí hasta el último momento, hasta su última actuación en el festival de cine de San Sebastián, unos días antes de morir», concluye Mairena.

Dónde: Teatro Fernán Gómez, Madrid. Cuándo: hasta el 26 de octubre. Cuánto: 18 euros.

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