Hace 30 años, cuando España empezó a llenarse de parque eólicos, muchos mirábamos para otro lado porque afeaban el paisaje. Pero el roce hace el cariño. Y el calentamiento global, no digamos. Por eso hoy vemos con amor a estos compañeros de caminatas, de observaciones y de pícnics. Existe incluso una Guía de ecoturismo eólico editada por GeoPlaneta.