El bonito gesto de los reyes con una cuidadora por su humanidad y cariño hacia las familias que atiende

El bonito gesto de los reyes con una cuidadora por su humanidad y cariño hacia las familias que atiende

Dice el sabio refranero popular que “de bien nacidos es ser agradecidos”, y también se cuenta que las personas que se portan bien con los demás, que son positivas y siempre están disponibles para echar una mano cuando hace falta sin preguntar antes o para simplemente regalar una sonrisa o un abrazo, no solo tienen mayor bienestar sino que lo generan a su alrededor.

Pues el caso que traemos hoy domingo a estas líneas de LA RAZÓN tiene mucho que ver con este preámbulo, pero, sobre todo, pone sobre la mesa lo mejor de ser humano y deja claro que las pequeñas cosas de la vida, las más sencillas, son siempre las que más felices hacen a la gente.

Para empezar la historia habría que remontarse al año 2018, y más en concreto al mes de mayo de hace ahora algo más de seis años, y a lo que sucedió en Langayo, una pequeña localidad de la provincia de Valladolid en esa época: la fiesta de los quintos del pueblo que cumplían 50 años, al igual que el rey de España, Felipe VI, protagonista de esta curiosa y bonita historia.

Pues resulta que a uno de estos “quintos”, Luis Mariano San Juan Peña, más conocido como “Curro”, se le ocurrió escribir una carta al monarca invitándole a la fiesta o “quintada” que se iba a celebrar en Langayo.

Su Majestad no acudió a la juerga pero la Casa Real tuvo el detalle de contestar a la misiva agradeciendo la invitación pero excusando la ausencia del rey, acompañando el texto con una foto de Felipe VI y Letizia.

Una fotografía firmada por los reyes que se colocó -y ahí sigue en todo su esplendor- en un bonito marco y en un destacado lugar del salón de la casa de José María San Juan y Vicenta Peña, los padres del audaz “quinto” escribidor de la carta.

Y hete aquí que pasado el tiempo, una cuidadora de nombre Cinthia Hernández, que trabaja en el servicio de ayuda a domicilio de la Diputación de Valladolid en pueblos de la comarca de Peñafiel, como es el caso de Langayo, comenzó a acudir hace un año y medio a la casa de José María y Vicenta -una de otras cuatro o cinco del municipio a las que va cada día-, para atenderles y estar con ellos durante una o dos horas.

En el pueblo están encantados con Cinthia, de la que destacan su capacidad humana, el positivismo que irradia y, sobre todo, sus constantes gestos de cariño hacia las personas que cuida, a quienes transmite optimismo, esperanza y, sobre todo, serenidad y tranquilidad en esta fase final de sus vidas.

“Es una persona de amabilidad natural, muy leal, y que contagia su vitalidad”, señala Curro a este periódico, quien destaca que no le importa hacer horas extra y pasar sus ratos libres con esta familias. Además, asegura que cuando va a visitar a sus padres “es muy visible ” lo que hace y lo que está consiguiendo con ellos. “Les crea el mismo efecto de alegría y felicidad que transmite, y es tremenda la conexión que tienen con ella”, afirma.

 

Un ángel en la tierra

Cuenta Curro que Cinthia salvó la vida de su padre de 85 años gracias a sus conocimientos de Enfermería.

“Mi padre tosía bastante y Cinthia le preparó uno de sus remedios caseros para combatir la tos con jengibre, limón y miel, y funcionó porque dejó de toser”, recuerda. “Pero un día -prosigue- se sentía bastante cansado y sin fuerzas, pero mi madre no le dio importancia porque no tosía, hasta que llegó ella como cada día a la casa y se dio cuenta a la primera de que le faltaba oxígeno y llamó rápidamente a Urgencias y al hospital para que vinieran a atenderle. y se recuperó”, señala, emocionado.

Y es que Cinthia es igual con todas las personas que asiste, por ejemplo al padrino de Curro, que vive también en Langayo, al que pone música para que baile y cante que es lo más le gusta.

A otro paciente le trajo unos pedales para que hiciera ejercicio sin que nadie se lo pidiera, e incluso a las otras familias del pueblo que cuida les llena de abrazos y besos en cuanto está con ellas porque saben que lo necesitan.

“Cinthia es un ángel en la tierra”, afirma.

Deseo cumplido

En este año y medio, Cinthia ha estado viendo cada día la foto de los reyes con la rúbrica de Felipe y Letizia en el salón de la casa de José María y Vicenta y, según cuenta Curro por boca de sus padres, han sido numerosas las ocasiones que le han escuchado hablar muy bien de los monarcas, de que la gustaría conocerlos en persona o, al menos, que le encantaría poder tener una foto firmada por ellos.

Curro, al oír de sus progenitores octogenarios este comentario, no se lo pensó dos veces, y como ya tiene experiencia en estas lides, decidió ponerse en contacto nuevamente con la Casa Real y escribir otra carta a los reyes destacando el buen hacer de Cinthia en su tarea y como se desvive con las personas mayores de la comarca de Peñafiel a las que atiende, todas ellas con algún percance físico o neurológico que han sufrido -como su propio padre, que padeció un ictus- y exponiendo la situación al tiempo que pedía a los reyes en la misiva el favor de poder enviar una carta a Cinthia acompañada de un foto de Sus Majestades como agradecimiento en nombre de todas las familias a las que cuida.

Pues dicho y hecho, la Casa Real, en un gesto que la honra, contestó con rapidez a la misiva con otra más acompañada de la anhelada fotografía de Felipe VI y Letizia agradeciendo su desempeño en el servicio de ayuda a domicilio, lo que ha llenado de alegría a las familias, pero, sobre todo, a Cinthia, enormemente ilusionada y agradecida de por vida a las familias, y que guarda como oro en paño esta instantánea que le ha hecho sentirse más feliz y dichosa y con ánimo de seguir cuidando de las personas que lo necesiten.

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