Joseph Campbell, el hombre que inspiró “La Guerra de las Galaxias”

Joseph Campbell, el hombre que inspiró “La Guerra de las Galaxias”

La obra del mitólogo Joseph Campbell, de enorme impacto en la cultura popular, está siendo recopilada, analizada y publicada gracias a la preservación de su legado en la fundación Campbell, creada en 1990, después de su muerte en 1987. En el mundo hispanohablante hay que felicitarse de que la editorial Atalanta haya asumido la labor de publicar esta obra íntegra en sus nuevas versiones y con sus estudios preliminares. Así van saliendo la luz no solo ediciones críticas de las obras emblemáticas del mitólogo, como “El héroe de las mil caras” o “Las máscaras de dios”, sino también volúmenes misceláneos surgidos de clases y conferencias. Hoy tenemos que saludar la publicación de “Mito y sentido. Conversaciones en torno a la mitología y la vida” (Atalanta), un volumen de recopilación de entrevistas de Joseph Campbell, que permite acercarse a su faceta más personal y cercana, lo que el editor del volumen denomina el “Campbell oral”. Este “Campbell oral” es más fresco y ameno, y permite calibrar el enorme influjo que ha ejercido en nuestra modernidad tardía. En los años 60, tras la Generación “Beat” –que recibió su influjo de mitología comparada entre Oriente y Occidente–, “El héroe de las mil caras” (1949) fue asumido por la cultura popular mediante lectores tan variados como Jim Morrison, Stanley Kubrick o George Lucas.

El motivo del “viaje del héroe” influyó sobremanera, como es bien sabido, en la creación del universo Star Wars de este último (sobre todo en sus primeras tres entregas, “La guerra de las galaxias”, “El imperio contraataca” y “El retorno del Jedi”, que beben directamente de los puntos de vista mitológicos y de la narración quintaesencial del viaje del héroe que enunció Campbell en su primer libro). Así, “Mito y sentido” nos sirve de recordatorio de la enorme intuición de un estudioso que, procedente del mundo de las humanidades y los estudios religiosos, fue profundamente influido por las corrientes psicoanalíticas de su tiempo. Cuenta en las entrevistas, por ejemplo, acerca de cómo conoció, a través de su maestro H. Zimmer, al propio C.G. Jung. No habló mucho con él, pero el encuentro le bastó para tener un gran recuerdo. Luego admite y explica cómo se desvío del punto de vista de los junguianos, aunque heredó de ellos su mirada amplia y abarcadora desde los textos bíblicos y grecolatinos a los nórdicos, germánicos, y luego también a las tradiciones orientales del budismo, el hinduismo y la antigua China y Japón. Por su parte, añadió el comparatismo con los estudios de folklore y antropología de las culturas nativas americanas, enriqueciendo notablemente su mirada.

Mito y sentido no tiene desperdicio, porque nos permite abordar a un Campbell muy cercano que va desde los conceptos básicos de la mitología hasta el giro místico o la función pedagógica de todo mito. Al hablar del giro hacia el interior y de la mitologización de la cultura contemporánea aborda su influencia en el universo “Star Wars”. George Lucas decía que estaba basado en sus libros y lo cierto es que a Campbell le encantó. Lo compara con la inadvertida dimensión educativa de las aventuras míticas: “todos esos niños metiéndose en aguas más profundas de lo que creían”. La ciencia-ficción recibió una amplia influencia suya, que también se advierte en 2001: una Odisea del espacio. Dice Campbell: “me llena de orgullo que mis libros hayan propiciado algo así, ¡estoy encantado!“ Es muy notable cómo los modelos míticos no dejan de influirnos: él veía en torno a Star Wars una confluencia de mitos, más allá del viaje del héroe, como los de Prometeo y Fausto –también presente en Ridley Scott–, el dilema máquina vs. humanidad, quien someterá a quién. Los Jedi representan la pura humanidad – los ewok una naturaleza ingenua e imparable–, mientras que Darth Vader y el imperio simbolizan el poder de la máquina, el Estado mecanizado, una máquina asesina carente humanidad que anticipa la más IA distópica.

Quizá en el estudio preliminar sobran algunas prevenciones del editor para excusar a Campbell en nuestro mundo políticamente correcto. Se lleva al extremo la mojigatería actual al advertir al lector que tenga presente que Campbell nació en 1904 y que su forma de hablar no refleja algunas convenciones actuales de corrección política (¡es como prevenir a un lector de Cervantes que tenga cuidado porque nació en el siglo XVI! Basta ya con estas cosas por favor…). En todo caso, no se pierdan este libro para descubrir el perfil más personal y coloquial del hombre que inspiró “La guerra de las galaxias”.

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