Soy imbécil

Soy imbécil

Aunque esté muy desprestigiada, las cosas más necesarias de la vida pierden sentido cuando dejan de mantener relaciones con la palabra bondad. Aunque la sociedad contemporánea haya borrado el papel de los intelectuales, porque una voz reflexiva se hunde en las urgencias multitudinarias de las redes sociales, es difícil no sentir escalofríos cuando se utiliza la palabra inteligencia, inteligencia estadounidense, inteligencia israelí, para preparar o legitimar el asesinato de miles y miles y miles de personas. La bondad no tiene buena fama desde hace muchos años, es la puta barata de las conversaciones. Antonio Machado tuvo que advertir en su Retrato que era bueno en el buen sentido de la palabra, porque se arriesgaba a ser tratado como un imbécil si defendía en público su bondad. Así están las cosas.

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