Por si había alguna duda, ahí está Iga Swiatek, festejando y dando brincos sin parar, con energía de sobra para seguir jugando hasta mañana, si hiciera falta. Pero no. Ahora, a una semana del pistoletazo de salida en Roland Garros, el principal cometido de la polaca no es otro que cuidar con mimo su físico, porque el trabajo está hecho y la base más que consolidada. Es decir, si de antemano ya era la gran favorita, hoy por hoy todavía lo es un poco más. Llegará la número uno a París desprendiendo la sensación de que algo muy raro debería suceder allí para que no atrapara el éxito, sin dejar de lado las trampas que todo grande oculta, por supuesto, pero más imponente e intimidatoria si cabe. Batió hace dos semanas a Aryna Sabalenka en la Caja Mágica y vuelve a hacerlo en el Foro Itálico, testigo de una final de una sola dirección: 6-2 y 6-3 (en 1h 29m).