Patrick Lefevere es un patrón de la vieja escuela, pero no se puede generalizar, porque en la vieja escuela hay gente de todo tipo. Pertenece a ella Eusebio Unzue, que comenzó su carrera como director a bordo de un Seat 124, que es ahora un vehículo clásico, y el navarro es un hombre cabal, que no acostumbra a la desmesura; también es de la vieja escuela Mauro Gianetti, pero el jefe suizo de Tadej Pogacar es, igualmente, un señor discreto, aunque sonría abiertamente con cada victoria de su pupilo.