Alemania vive un auge imparable de la extrema derecha, especialmente en el este del país. Los expertos alertan incansables del peligro que entrañan los mensajes de odio que calan cada vez con más fuerza en una parte de la sociedad y del incremento de ataques contra políticos electos o candidatos en distintas elecciones. Ahora, la brutal agresión contra el socialdemócrata Matthias Ecke, aspirante en los comicios europeos del próximo junio, del pasado viernes por la noche, en Dresde, capital del Estado oriental de Sajonia, ha desatado un intenso debate sobre cómo luchar contra este ambiente de violencia.