La medalla de oro en juego, también dos historias bien distintas. A un lado de la red está Novak Djokovic, con 37 años y con todo conseguido, más grandes que ningún otro (24), todavía con un tenis demoledor al que pocos pueden replicar. Le falta, en cualquier caso, la medalla de oro olímpica, pues en Pekín 2008 se quedó con el bronce y nunca más pudo imponer su ley en las siguientes ediciones. Su ambición, claro, es redondear una carrera sin igual con el metal preciado. Al otro lado de la pista, sin embargo, está Carlos Alcaraz, con 21 años, ya con cuatro títulos de Grand Slam, el sucesor de Nadal en España pero del tenis en el planeta, acaso puesto en entredicho por el italiano Sinner. En este curso, por ejemplo, el murciano se llevó Roland Garros y Wimbledon. Y será en la misma arcilla parisina donde Alcaraz tratará de privar a Nole de su gloria para construir la suya propia, para ser el debutante de oro.
