Ana Obregón acapara toda la atención en la preciosa boda de su sobrino en Asturias

Ana Obregón acapara toda la atención en la preciosa boda de su sobrino en Asturias

Ana Obregón ha hecho las maletas encantada, pues en ella
llevaba el vestido con el que pensaba triunfar en el gran día de su sobrino.
Sonaban campanadas de boda en Cangas de Onís, Asturias, hasta donde ha acudido
la actriz para ver cómo Juan Antonio, hijo de su hermano Juancho García
Obregón, se casaba con su novia Cristina Gutiérrez Mijares. Un mes después del
enlace en el que su otro sobrino, Javier García Pérez-Lago, se convirtió en un
hombre casado, repite experiencia en tierras asturianas, con el Santuario de
Covadonga como escenario de una preciosa ceremonia que ha reunido al popular
clan al completo.

Los novios han querido dar el paso de formalizar su relación con el correspondiente ‘sí, quiero’, que llega tras cuatro años de noviazgo. Un momento mágico en sus vidas que han querido compartir con sus seres queridos y amigos más íntimos. No se lo ha querido perder Ana Obregón, que ha movido cielo y tierra para poder disfrutar del gran día de su sobrino. Lo hace en solitario, pues ha optado por dejar a la pequeña Ana Sandra en buenas manos para no perder detalle del enlace. Durante la ceremonia y a lo largo de la jornada ha estado rodeada por sus hermanas, Celia y Amalia, con las que ha desgranado cada detalle de la velada.

Como viene siendo ya habitual en Ana Obregón para las grandes
citas, se ha decantado por su diseñador fetiche, Alejandro de Miguel. Un diseño
en rojo que ha dejado a muchos con la boca abierta, al tratarse de una pieza
exclusiva hecha para ella, como así desgranan nuestra experta en moda. Su look
ha acaparado todas las miradas, además de haber robado todos los flashes de los
reporteros allí congregados. Su aparición ha sido estelar, de ahí que haya
medido que no coincidiese con los novios para no desviar la atención de los
protagonistas. Pese a ello, no ha podido disimular la ilusión que le hacía
estar en un día tan señalado en el calendario familiar, pues su sonrisa de
oreja a oreja fue su mejor complemento a su aplaudido look.

Una vez convertidos en marido y mujer, el sobrino de Ana
Obregón y Cristina convocaron a sus seres queridos y más íntimos, al convite.
Para saciar su apetito y estimular sus paladares confiaron el banquete nupcial
al Parador de Cangas de Onís, con muy buena crítica y con capacidad para 250
comensales. Allí pudieron dar buena cuenta de la propuesta realizada por los
novios, para después brindar, bailar y festejar por su unión. Una felicidad
compartida por la familia García Obregón, que llevan una temporada encajando
duros varapalos y por fin parece que tienen ocasión de celebrar la vida, tras
celebrar dos bodas en dos meses.