Arancha del Sol: el precio a pagar por un error de cálculo

Arancha del Sol: el precio a pagar por un error de cálculo

Una mala aritmética. No habría otro modo de explicar el punto en el que se encuentra Arancha del Sol después de recibir el veto por parte de Mediaset a causa de un desagradable incidente con Ángel Cristo Jr. en Honduras.

Llegó al concurso como la última promesa televisiva después de varias décadas retirada y lo hacía con esa imagen impoluta que dejó en 2001, el año en el que contrajo matrimonio con el torero Finito de Córdoba. En aquella tele inmensamente carnal de los 90, Arancha era la que transmitía un perfil más recatado y cándido, sin que eso le restase sensualidad. Fue Miss Madrid en 1989 y arrasó como presentadora en diferentes formatos, primero en TVE y después en Telecinco. A raíz de su matrimonio con el torero, las cadenas, según confesó recientemente, se olvidaron de ella y desde entonces solo supimos de Arancha a través de algún reportaje en las revistas del corazón exquisitamente cuidado y ponderado.

¿Cuál fue el error de cálculo a su vuelta, a punto de cumplir 52 años? El primero, no tener en cuenta que compañeros artísticos como Andoni Ferreño, Agustín Bravo o Emilio Aragón son irrepetibles. El segundo error lo han provocado sus ansias de cámara. Salvo apariciones esporádicas y eventos promocionales en los que presta su imagen, se encontraba apartada de los focos. Su vida puede parecer envidiable (casoplón, yoga, naturaleza, viajes, familia y amor), pero echaba de menos la tele. Nadie podría objetar nada, solo que no tuvo en cuenta que acabaría protagonizando su propio reality show. Es uno de los imperativos de estos formatos en los que acababa de debutar. El concursante desnuda una parte de su vida y de su identidad.

Los secretos de Finito de Córdoba y Arancha del Sol ya no les pertenecen. Si hubo o no algo más que flirteo de su marido con otra mujer ahora es un asunto de dominio público. Ni siquiera su decisión de tomarse las cosas con sentido del humor le pertenece. «Me he pasado mi vida profesional protegiendo la personal», lamentó. Pero ya era tarde. Su nerviosismo en plató indicó que no tenía la preparación suficiente para afrontar lo que se le venía encima. Es la cara amarga de esa tele que tanto anhelaba. Hay quienes la acatan y la convierten en placer adictivo y a la vez culposo. Ella no. Sollozando reconoció que nunca imaginó que pasaría esto. Un pésimo cálculo que ha frustrado su sueño de volver a ser una de las grandes.

No sopesó las consecuencias y ha vuelto a agazaparse junto a Finito, el hombre de su vida. No es la primera vez que la adversidad refuerza los cimientos de su matrimonio y tampoco se descarta que alguna cadena le brinde la ocasión de salir por la puerta grande.