Bordón, “descaradamente clásico”.

Bordón, “descaradamente clásico”.

Bodegas Franco-Españolas nace en 1890 como la unión entre Francia y España en un momento álgido en Rioja, cuando los franceses vinieron a la región tratando de reemplazar sus viñedos arrasados por la enfermedad de la filoxera. Era el origen de los «vinos finos de Rioja». Todo esto llevó a Frederick Anglade Saurat, natural de Burdeos, a fundar en 1890 Bodegas Franco-Españolas. La primera vendimia, un año más tarde, da como resultado los vinos icono de la bodega: Diamante y Estilo Borgoña. Este pasó a llamarse Rioja Bordón en los años 50, y en 2017 se rediseña como Bordón.

En 1984, el empresario Marcos Eguizábal (1919 – 2009) compra Bodegas Franco-Españolas, y en 1990 se celebra el primer centenario de la Bodega. En 2012 se renueva la imagen de los vinos Diamante y Rioja Bordón, y en 2013 la bodega recibe el premio “The Best of’” de Turismo Enológico en la categoría de Experiencias Innovadoras.

En 2015 la bodega celebra su 125 aniversario y en 2016, Borja Eguizábal asume la dirección, dando paso a la tercera generación de la familia Eguizábal como propietarios de la bodega. En 2017 se produce el relanzamiento de Rioja Bordón, que pasa a ser Bordón, con un nuevo concepto: “Descaradamente clásico”.

Su ubicación privilegiada, a orillas del río Ebro, ha hecho a Bodegas Franco-Españolas testigo de la historia de Logroño. En manos de la Familia Eguizábal desde 1984, en la actualidad está inmersa en nuevos proyectos y es un referente entre la oferta de ocio y cultura de La Rioja con sus variadas propuestas enoturísticas.

Bordón representa la historia de Rioja. Vinos descaradamente clásicos elaborados con las variedades más tradicionales de uva tinta.

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