Borrar a gais y lesbianas: el precio que pagaron estas películas clásicas para ser “comerciales”

Borrar a gais y lesbianas: el precio que pagaron estas películas clásicas para ser “comerciales”

En los años treinta el todopoderoso productor Samuel Goldwyn, fundador de la Metro-Goldwyn-Mayer y cerebro tras algunas de las grandes éxitos de la época dorada de Hollywood, intentó comprar los derechos de El pozo de la soledad de Radcliffe Hall impresionado por sus cifras de ventas. Cuando su equipo le advirtió lo difícil que sería adaptarla ya que era una novela protagonizada por lesbianas, dijo una frase para la historia: “Pues las convertiremos en austríacas”. Es difícil saber si, como Rose Nylund en Las chicas de oro creía que ser lesbiana era una nacionalidad (las confundía con las libanesas) o simplemente le parecía algo tan ridículo que consideraba que cambiarlo no iba a influir.

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