Castrojeriz, la joya del Camino de Santiago francés

Castrojeriz, la joya del Camino de Santiago francés

Ser uno de los pueblos más bonitos de España implica tener el municipio cuidado y, si es posible, realzar más aún su belleza. Ese es el objetivo cada año de Castrojeriz, una localidad burgalesa de apenas 800 habitantes situado en pleno recorrido del Camino de Santiago francés.

Lo primero que se encuentran los peregrinos que marchan hacia Santiago de Compostela al entrar en Castrojeriz son las ruinas del Convento de San Antón, un antiguo monasterio del siglo XII del que todavía queda en pie su imponente arco ojival, por el que los caminantes pasan directamente para proseguir con su recorrido. Eso sí, dentro de la localidad hay construcciones igual de impresionantes.

Entre las preciosas calles de Castrojeriz se erige la increíble Iglesia de Santo Domingo, un imponente templo del siglo XVI que perteneció a los Templarios. Tampoco hay que dejar de visitar en este pueblo de la comarca Odra-Pisuerga su otro gran edificio religioso, la Iglesia de la Nuestra Señora del Manzano, que comenzó a erigirse en el siglo XIII y que se ubica justo debajo del cerro donde se encuentra el castillo.

También en plena ruta jacobea uno puede apreciar las ruinas del castillo de Castrojeriz, que cuenta con una notable historia, ya que en él fue asesinada Leonor de Castilla, y según cuenta la leyenda fue erigido por el mismísimo Julio César durante la época de presencia romana en la Península Ibérica. Hoy en día solo queda en pie muy poco de lo que un día fue, aunque sigue siendo uno de los edificios más imponentes que los peregrinos pueden contemplar desde el Camino de Santiago.

¿Dónde dormir?

Castrojeriz guarda a las afueras del centro histórico uno de los lugares más ansiados por peregrinos y turistas. Se trata de la Quinta de San Francisco, un hotel boutique que ocupa el lugar del antiguo convento de San Francisco, cuyas ruinas ya forman parte de la nueva edificación, en una perfecta integración entre la belleza artística de lo histórico y las comodidades de la arquitectura moderna.

Este acogedor alojamiento respira sensibilidad por lo artístico en todos sus rincones, desde los dibujos y representaciones colgados en los espacios comunes hasta los pequeños libros de poesía que se encuentran en todas las mesitas de noche. Dispone de 21 habitaciones, todas ellas con vistas al exterior de unos jardines que cuentan con plantas medicinales, flores de todas las gamas de colores, zonas de huerta y árboles frutales que confieren al lugar un aspecto casi paradisiaco.

Este hotel rural sostenible tiene un restaurante que solo abre para los huéspedes que se encuentran alojados en sus instalaciones. Trabaja con productos de rigurosa proximidad -las frutas y verduras de su propia huerta son uno de los pilares esenciales de su carta- para ofrecer las mejores recetas de la cocina burgalesa. A las órdenes de la chef Josefa, el menú varía periódicamente para ofrecer una experiencia gastronómica distinta, sea cual sea la duración de la estancia.

Como no podía ser de otro modo, en el comedor cuentan con una pequeña bodega que hace los honores de una de las tierras con mejores vinos de toda España. Ribera del Duero y Arlanza, las dos denominaciones de origen de la provincia, tienen sus respectivos representantes junto a un amplio abanico de bodegas tanto de territorio castellano como del resto del país.

Se trata de un remanso de paz y tranquilidad que lleva haciendo las delicias de los visitantes -sus propietarios afirman que, además de los turistas vacacionales, muchos peregrinos encuentran aquí los tan ansiados días de descanso para recargar fuerzas- desde que abrió sus puertas en septiembre de 2021. Además, también ofrece con una exclusiva zona wellness, equipada con sauna, baño turco, ducha escocesa, hidromasaje y camas calefactadas.

La terraza también merece una mención especial, y es que cuenta con un curioso “pediluvio”, una piscina de pequeñas dimensiones donde los caminantes pueden remojar los pies nada más llegar al hotel y gozar de un preciado descanso mientras contemplan las casi dos hectáreas de terreno de la finca.