Director: Guillaume Bureau. Guion: G. Bureau, Robin Campillo, Pierre Chosson. Intérpretes: Leïla Bekhti, Karim Leklou, Louise Bourgoin, Emmanuelle Schaaff, Jean-Charles Clichet. Francia, 2017. Duración: 90 minutos. Drama.
En realidad, la opera prima con la que debuta el francés Guillaume Bureau se titula «C’est mon homme» («Es mi hombre», exacto, como aquella sensual canción que cantaba tan chula Sara Montiel), pero es igualmente elocuente el «Querida desconocida» elegido para España, ya que ambos ofrecen una pista sobre lo que narra el filme, con un militar, Julien Delaunay, reportado como desaparecido en combate durante la Gran Guerra. Julie, su esposa, se niega a creer que haya muerto y lo espera tres largos años. Hasta que,en 1919, la Prensa reproduce la imagen de un vagabundo amnésico y Julie lo reconoce. Tras el reencuentro intenta que evoque la vida que han compartido. Pero, ¿qué somos sin memoria? Absolutamente nada, o apenas algo. Y mientras intenta que recuerde su pasado en común, otra mujer, famosa cantante, afirma que se trata de la verdadera pareja del señor. Y Julien la cree. En el fondo, realmente, eso parece importarle un comino al cineasta, me refiero a que el hombre esté casado con una u otra, lo que puede desconcertar al espectador, sobre todo, porque la artista apenas puede apoyar su teoría en una base medianamente sólida como la primera, que hasta tiene a un cuñado para refrendar la identidad del tipo (sí, a la cabaretera la apoyan sus colegas de trabajo, pero no resulta muy convincente). Quizá porque Bureau haya preferido ahondar en esa historia de apasionado amor que defiende con uñas, dientes y vehemencia la protagonista. Incluso aunque haya comenzado anteayer.
Lo mejor: se trata de un debut sobrio, bien planteado y con actuaciones ajustadas
Lo peor: que hay decisiones del guion que cuesta bastante creer; o entras en la historia o no
