Cuando los amputados de la guerra se convierten en ‘superhumanos’ (y vuelven al frente)

Cuando los amputados de la guerra se convierten en ‘superhumanos’ (y vuelven al frente)

Oleksandr Ivanko, de 33 años, quiere volver a bailar con su mujer. Es su primer deseo. Ella le mira a distancia, la suficiente para no haberle oído. Pero también sueña con coger el coche y conducir. Y con jugar con sus dos hijas, de 8 y 15 años. Ivanko es militar de profesión. Es escurridizo en su relato, desconfiado y prudente. No quiere dar datos que comprometan a los suyos frente al enemigo. Vivió en muchos sitios durante su vida, pero se queda con Poltava, ciudad del centro de Ucrania. Ivanko perdió su pierna derecha el pasado 15 de abril. Se encontraba reparando el motor de un helicóptero en una posición militar en el este del país cuando un misil Kh-59, uno de los demonios rusos, cayó a unos 20 metros y arrancó de cuajo su extremidad. “He tenido muchas pesadillas, pero he aceptado la situación, tengo buena moral”, cuenta desde una silla de ruedas en el Centro Superhumanos del pequeño municipio de Vinniki, a las afueras de Lviv, en el oeste ucranio. Ivanko es uno de los 70 pacientes de estas instalaciones de vanguardia dedicadas a la fabricación y terapia con prótesis y la cirugía reconstructiva de militares y civiles. La lista de espera supera los dos millares.

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