El 13,5% de los españoles sufre soledad crónica

El 13,5% de los españoles sufre soledad crónica

La soledad es uno de los principales males que golpea a nuestra sociedad en tiempos donde la tecnología, las prisas, el trabajo y las relaciones superficiales dominan el panorama afectivo. Así lo constata un estudio de Fundación ONCE y Fundación AXA realizado en el marco del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES) donde se afirma que el 20% de los adultos que viven en España se sienten solos en este momento y el 13,5% sufre soledad crónica.

Este «Barómetro de la Soledad no Deseada en España 2024» ahonda en la problemática del aislamiento involuntario: dos de cada tres personas (67,7%) confiesan estar en esta situación y llevar conviviendo con ella desde hace más de 2 años. Un 59% lo hace desde hace más de tres. Esto significa que en España la soledad crónica –personas que sufren soledad desde dos o más años– se sitúa en el 13,5% de la población.

Se constata, además, en este estudio que incluso las personas que dicen no sentirse solas en este momento (80% de la población) han experimentado el sentimiento de soledad alguna vez (63%), lo que significa que siete de cada diez personas han sufrido soledad no deseada en alguna etapa de su vida, sea en la actual o en el pasado. Teniendo en cuenta la intensidad, la mitad de la población (49,3%) sufre soledad no deseada en el presente o ha sufrido soledad de manera intensa en el pasado.

Pese a todo esto, los autores del informe afirman que «la soledad tiene solución en muchos casos», como demuestra el dato de que el 50,4% de la población se ha sentido sola en mayor o menor medida en alguna etapa de su vida, pero no en el momento presente.

«La producción de conocimiento es esencial para abordar la soledad no deseada y desarrollar políticas públicas para evitar que se produzca. Es importante crear y afianzar redes de ajustada debilidad, de asociacionismo, redes de apoyo que puedan dar estabilidad y sentido, poniendo también en valor aspectos positivos relacionados con la soledad», afirmó, según recoge Europa Press, el ministro Pablo Bustinduy durante la presentación del estudio, que ha sido realizado por la consultora Fresno, the right link.

También se confirma que la soledad es algo más frecuente en las mujeres (21,8%) que en los hombres (18%) y entre los jóvenes más que entre los mayores. No obstante, matiza que las diferencias entre aislamiento involuntario entre ellas y ellos se observan, sobre todo, en determinados perfiles. Así, son especialmente amplias a partir de los 55 años, en los niveles educativos más bajos y en los núcleos urbanos.

Apunta igualmente que la soledad, más allá de la experiencia subjetiva de sufrimiento, está relacionada con muchos otros problemas. Así, la prevalencia del aislamiento involuntario es mucho más elevada entre las personas que tienen dificultades en otras áreas, como el de la salud, la economía, el desempleo o el de la discapacidad.

También pone sobre la mesa que existen factores que además de una mayor prevalencia implican una mayor probabilidad de sufrir soledad no deseada, como tener dificultades económicas, origen extranjero, vivir con un problema de salud mental, ser joven o estar en desempleo teniendo entre 30 y 54 años.

En concreto, tener una salud muy mala, mala o regular implica una probabilidad tres veces mayor de sufrir soledad no deseada y vivir con un problema de salud mental, diagnosticado o no, en 2,4 veces.

En la misma línea, el informe evidencia que entre las personas con discapacidad la prevalencia de soledad no deseada es 30 puntos superior a las que viven sin discapacidad (50,6% frente a 19,1%). Las mujeres con discapacidad afirman padecer soledad no deseada en mayor proporción que los hombres (54,3% frente al 45,7%). Otro factor importante vinculado a la soledad no deseada es el de las relaciones sociales: la cantidad, calidad y presencialidad de éstas, especialmente de amistad y familia, son «muy relevantes». La proporción de personas que no cuentan con apoyo en caso de necesitarlo es el triple entre quienes sufren soledad no deseada que entre quienes no la sufren (17,9% frente a 6,6%).

Igualmente, el texto pone de manifiesto que el grado de satisfacción con la cantidad de relaciones familiares y de amistad es una circunstancia clave para la soledad no deseada. De esta forma, más de la mitad de las personas que la sufren afirman tener menos relaciones familiares y de amistad de las que quisieran, un 53,3% y un 63,2%, respectivamente. Sin embargo, entre quienes no sufren soledad no deseada este porcentaje no llega a la cuarta parte (24,3% y 21,7%, respectivamente).

Los ciudadanos con una menor cantidad de relaciones de amistad que las deseadas tienen mayor prevalencia de soledad (41,9%) que los que tienen una menor cantidad de relaciones familiares (35,3%). «El núcleo de convivencia es clave», dicen los autores del barómetro.

Por último, la educación es otro de los factores que el estudio marca como clave en esta pandemia de soledad: carecer de estudios superiores eleva la probabilidad de sufrir soledad en un 50%.