El abrazo del dragón rojo

El abrazo del dragón rojo

Cuando finalizaba la visita de Vladímir Putin a Xi Jinping el pasado 16 de mayo, el mandatario chino, por propia iniciativa, abrazó al líder ruso como despedida. En diplomacia, los gestos son esenciales. Entre potencias, como China y Rusia, no se dejan al azar. Ese abrazo no fue una simple despedida cordial, sino la bendición explícita de una alianza “indestructible” y “por mucho tiempo”. Un abrazo, como el del francés Charles de Gaulle al alemán Konrad Adenauer, en 1963, con el que se selló la reconciliación franco-alemana y se superaron diferencias históricas de países tradicionalmente enfrentados. En plena guerra de Ucrania tras la invasión de Rusia en 2022, y un Occidente vigilante ante la “ambigüedad china”, esa imagen cobra aún más trascendencia.

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