El pico mundial de emisiones de CO₂ no toca techo

El pico mundial de emisiones de CO₂ no toca techo

Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben alcanzar su punto máximo en el 2025 para iniciar inmediatamente su descenso, si se quiere frenar la crisis climática. Para ello habrá que cerrar las centrales de carbón en esta década. Solo así tendremos la posibilidad de contener el aumento de temperatura bien por debajo de los 2 ºC. Estas fueron las principales conclusiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, en 2021. Desde entonces, organizaciones y consultoras energéticas han sacado la bola de cristal para vaticinar en qué año alcanzaremos el pico de emisiones de CO₂.

¿Cuándo bajarán? Las predicciones varían. La Agencia Internacional de la Energía apunta que el techo de emisiones derivadas de la quema de combustibles fósiles llegará rozando el límite, en 2025. El equipo de análisis Rystad Energy marca la misma fecha en el calendario. La consultora McKinsey dice que el año pasado pudo haber sido el apogeo. La última predicción fiable es la del instituto Climate Analytics, que en noviembre publicó un informe que planteó la intrigante posibilidad de que las emisiones comiencen a disminuir en 2024 «si continúan las tendencias actuales de crecimiento de las tecnologías limpias». Esto haría de 2023 el año de máximas emisiones. ¿Significaría esto que lo peor de nuestro impacto en el clima podría haber quedado atrás?

«No me atrevo a vaticinar con precisión cuándo alcanzaremos el pico de emisiones, a pesar del consenso existente en que es crucial que esto ocurra en la próxima década. Pero lo peor de nuestro impacto, por mucho que hayamos alcanzado el pico, no queda atrás», asegura Joan Escuer, profesor de geología en la Universitad Carlemany y CEO de una consultoría ambiental. «Las cantidades de dióxido de carbono que se han emitido y se seguirán emitiendo tras el pico seguirán acumulándose en una atmósfera ya muy cargada de gases de efecto invernadero», afirma. «Tanto si consideramos que hemos alcanzado la meseta de misiones como si no, no podemos estar satisfechos y cantar victoria», advierte Escuer. «Todavía se requieren esfuerzos importantes y, sobre todo, continuados para obtener un resultado permanente –defiende–. Alcanzar una meseta en las emisiones es solo el primer paso».

Un primer paso que, para algunos, no daremos pronto. «Desde el punto de vista de emisiones globales aún estamos lejos del pico», alega Sergio Álvarez, experto en huella de carbono y profesor en la ETSI de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid. «Los últimos trabajos publicados por Global Carbon Project muestran que las emisiones mundiales derivadas de los combustibles fósiles aumentaron un 1,1% en 2023, alcanzando las 36.800 millones de toneladas de CO₂, con subidas en todos los tipos de combustible», indica.

«Esto eleva las emisiones a un nivel récord, un 1,4% por encima de los valores de 2019, anteriores a la Covid-19», añade. «El único pico global alcanzado es en las emisiones per cápita y porque, desde 2012, están creciendo a un ritmo menor al que crece la población. Por lo tanto, mi previsión sobre cuándo alcanzaremos el pico es pesimista. Es necesario analizar las reservas probadas, probables y posibles de combustibles fósiles, porque por el lado de la demanda aún nos quedan décadas de aumento», concluye Álvarez.

Escuer indica que «a pesar del incremento temporal en la construcción de centrales eléctricas de carbón, la tendencia a largo plazo sugiere que estamos entrando en el principio del fin de los combustibles fósiles». La historia cambia si acercamos la lupa por el mapa. «Los países que están “lastrando” el proceso siguen liderados por los Estados Unidos, donde los cambios en la Administración han generado fluctuaciones en la política climática. Rusia –añade– ha mostrado una falta de compromisos ambiciosos en la reducción de emisiones y una dependencia continua de gas y petróleo».

Pero, a pesar de ello, hay avances. «Aunque China es el mayor emisor de CO₂, se ha comprometido a alcanzar el pico antes de 2030 y lograr la neutralidad para 2060. India y Sudáfrica son países que han sorprendido. África austral ha adoptado un plan de descarbonización», enumera. La geopolítica, dice Escuer, jugará «un papel crucial en la intensificación de los esfuerzos globales para reducir las emisiones una vez tocado el pico». A partir de entonces, «es esencial que la comunidad global mantenga y aumente su compromiso, implementando estrategias efectivas y adoptando un enfoque integral para reducir las emisiones y promover la sostenibilidad a largo plazo».