El pleno empleo en Medicina no cubre la abultada demanda en Andalucía

El pleno empleo en Medicina no cubre la abultada demanda en Andalucía

La falta de médicos es un problema acuciante no sólo en Andalucía, sino en toda España. El sistema sanitario público andaluz viene padeciendo las consecuencias de este déficit, una situación alarmante que la Consejería de Salud ha trasladado al Ministerio de Sanidad, reclamando medidas concretas como la posibilidad de incorporar ya a los 500 Médicos Internos Residentes (MIR) que terminan su formación en septiembre. El problema persiste año tras año a pesar de que Medicina es una carrera que roza el pleno empleo. Concretamente, el nivel de empleabilidad alcanza el 93%, según el informe «Inserción Laboral de los Egresados en Universidades Públicas de Andalucía» elaborado por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA).

Los estudiantes que realizaron la Prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (PEvAU) conocerán hoy sus notas, por lo que este documento es una guía de cara a una decisión trascendental. Sin salir del ámbito sanitario, el 84,7% de los estudiantes de enfermería encuentran trabajo cuando terminan sus estudios. Un alto grado de empleabilidad que contrasta con las disciplinas relacionadas con las Artes y Humanidades, que llegan al 58,5%.

El informe dibuja un panorama esperanzador para los jóvenes que optan por continuar su formación en la Universidad. De hecho, casi tres de cada cuatro egresados en Andalucía, concretamente el 71,7%, se encuentra trabajando y afiliado a la Seguridad Social a los cuatros años de finalizar la carrera universitaria.

Sin embargo, el ámbito sanitario no es el que más grado de empleabilidad presenta. Se trata de las ramas de Ingeniería y Arquitectura, con un porcentaje del 82,1%. A una mayor distancia se encuentran las titulaciones encuadradas en la rama de Ciencias, que arrojan un índice del 69,5%, y en la de Ciencias Sociales y Jurídicas, que representan un 69,2%.

En el primer año trascurrido desde el final de los estudios, las disciplinas encuadradas en Ingeniería y Arquitectura, con un 76,3%, y las Ciencias de la Salud, con un 71,3%, son las que siguen registrando mejores opciones laborales para la promoción que se graduó en el curso 2021-2022.

En el caso de las Artes y las Humanidades, la tasa de inserción desciende al 40,3% para esa misma promoción. En cualquier caso, en el periodo de un año, las oportunidades se reducen con carácter general en casi todas las disciplinas con respecto al tramo de cuatro años, ya que, justo después de terminar la carrera, los profesionales suelen especializarse para ser más competitivos y mejorar su contratación.

Según el tipo de enseñanza (ciclos, grados, másteres y doctorados), de las estadísticas del IECA se desprende que conforme mayor es el nivel académico de los estudios cursados, mayor también es la tasa de inserción un año después de egresar.

El análisis también se centra en la tasa de adecuación al puesto de trabajo, un parámetro que establece si una persona con una titulación universitaria está inscrita en la Seguridad Social con un contrato acorde a su nivel de cualificación académica.

Con carácter general, todas las promociones presentan tasas de adecuación al puesto de trabajo que mejoran conforme pasa el tiempo desde que egresaron. El IECA ha calculado esta información partiendo de los titulados empadronados y que trabajan en Andalucía al año siguiente de salir de la universidad. En el caso de los titulados universitarios de la promoción 2021-2022, la tasa de adecuación competencial al puesto de trabajo es del 50,6%, más de un punto y medio superior a la que presentó la promoción anterior.

Por ámbito de estudio, se observa que los egresados en titulaciones relacionadas con la Salud y Servicios Sociales obtienen al año de graduarse la mejor tasa de adecuación, que alcanza un 83,9%.

En cuanto al tipo de contrato, el análisis también se centra en los egresados universitarios que residen y trabajan en Andalucía. En la promoción 2021-2022, el 64,1% de los universitarios se encontraba trabajando a 30 de septiembre de 2022 con un contrato de carácter indefinido, en tanto que la contratación temporal afectaba al 35,5%. Ese registro ha mejorado considerablemente en comparación con la promoción anterior, que se apuntó un nivel de contratos indefinidos del 52,6%.

Si se aplica un enfoque de género, los hombres tienen una grado de inserción laboral del 61,9% y las mujeres del 57,3.