El podio de Zegama: la tecnología detrás del calzado que ganó la mítica carrera

El podio de Zegama: la tecnología detrás del calzado que ganó la mítica carrera

Zegama es, en el mundo de las
carreras trail, la más emblemática: lo que Boston
a la maratón
o los JJOO a los 100 metros. Parte de ese encanto lo tiene su
público, solo equiparable a lo cercano y ruidoso que se ve en algunos tramos
del Tour de Francia. ¿La diferencia? Quienes la corren van mucho más lento, el público disfruta mucho más y
aquí hay un rey indiscutible: Kilian Jornet, quien se
alzó con su undécima chapela, el “oro” de Zegama. El primer puesto femenino, por su parte, fue
para la noruega Silvia Nordskar. Jornet, al igual que el segundo clasificado (Elhousine
Elazzaoui) vestía las Tomir 2.0, mientras la corredora escandinava usó las Hoka Tecton X2
.

Vamos primero con las
coincidencias o al menos con lo que comparten. Ambas incluyen la suela de Vibram
Megagrip LiteBase: un 50% más delgada, un 30% más ligera y con la misma
durabilidad. La receta química detrás (o debajo) de esta suela es solo conocida
por su fabricante, pero se sabe que los mismos materiales se utilizan en la
industria automotriz y en aviones. Tiene una alta resistencia a la abrasión y
un gran agarre tanto en superficies mojadas como en secas. El patrón de los
tacos ha tomado años en desarrollarse para optimizar el equilibrio entre
tracción, soporte, estabilidad y durabilidad.

Otro aspecto que comparten es la
durabilidad de la parte superior. Las Tomir 2.0 de NNormal, incluyen hilos de
Kevlar, mientras que las Hoka están diseñadas con Matryx, un tejido que es similar
en resistencia a la abrasión, aunque más ligero que el Kevlar y quizás algo más
transpirable. Ambas tienen la puntera recubierta con una goma que protege el
pie y aumenta la durabilidad en una de las regiones más expuestas. A partir de
aquí, comienzan las diferencias.

Las Hoka Tecton X2 apuestan por una
entresuela de doble densidad y placas de carbono gemelas en paralelo. La
elección de las placas de carbono en trail no es compartida por todos los
fabricantes y aquí Hoka se ha inclinado por su presencia impulsada (valga la
redundancia) por el material de la entresuela: ProFlyX de doble densidad
separadas por las mencionadas placas de carbono. Este material no tiene la
misma capacidad de retorno que la frecuentemente usada EVA.

Otro aspecto interesante en el
diseño de calzado es la elección de la ubicación de la entresuela, la zona de
amortiguación, por así decirlo. Algunas marcas se decantan por poner la más
suave cerca del suelo y otras más próximas al pie. Esto es lo que ha hecho
Hoka. La ventaja es que muy rápidamente se convierten en zapatillas muy
cómodas. Si a eso le sumamos un peso más ligero que las Tomir 2.0 (la
diferencia exacta dependerá del tamaño del calzado, pero donde los 15 gramos), es
obvio que han sido diseñadas para la competencia. Desde su nombre.

Y es que la entresuela es la
característica estrella de las Tecton X 2. Está compuesta por una configuración
inspirada en las placas tectónicas (de ahí su nombre): la capa superior más
maleable (hecha con un compuesto conocido como CMEVA o Eva Moldeado a Compresión), mientras que la
inferior es más rígida y aísla el pie de lo que haya en el terreno.

A esto hay que sumarle dos placas
de carbono, dispuestas en paralelo para que la zapatilla tenga mayor retorno de
energía, sin llegar a tener la rigidez de otras, como si se tratara de dos
amortiguadores en un coche, uno para cada lado, en lugar de uno solo que
abarque todo el chasis.

Las Tomir 2.0 son, como su nombre
indica, una evolución de la generación anterior: han ganado en estabilidad,
mayor amortiguación, mayor durabilidad y más confort interior.
La
entresuela reemplaza la EVA por una espuma “EExpure supercrítica”
(con infusión de nitrógeno). No lleva placa de carbono y en algunos aspectos se
parecen a un pantalón vaquero: requiere varios kilómetros (más de 50
probablemente) para que se adapten al pie. A partir de ese momento, hay garantía
de confort. ¿Cómo lo sabemos? Las hemos
usado y las ha utilizado Kilian Jornet, a final de año (antes de su
lanzamiento) para correr más de 480 km, subiendo 177 cumbres de 3.000 metros a
lo largo de los Pirineos. Lo extraño de la entresuela es que usarla mucho no
tiene impacto en su capacidad de amortiguación.

En pocas palabras: están diseñadas para rendir y durar. Otro
ejemplo de esto es que la parte superior y la suela están cosidas, aumentando
la estabilidad y la vida útil. A eso hay que sumarle que cordones y lengüeta no
son simétricos, se encuentran ligeramente desplazados hacia el interior del
pie. Esto hace que la tensión no se acumule en la parte superior del pie,
minimiza las rozaduras e incrementa el confort… Lo que permite llevarlas mucho
tiempo.

A simple vista y sin haber realizado mediciones precisas, el
perfil de las Tomir parece un poco más agresivo que el de las Hoka: su puntera
está más distanciada del suelo y promueve el movimiento.

Las características de ambas (placa sí o no, durabilidad,
perfil más agresivo o mayor estabilidad) son una clave para decidir cuál es
mejor para cada tipo de deportista.