El refugiado sudanés que ganó el pulso al Gobierno ya está en España

El refugiado sudanés que ganó el pulso al Gobierno ya está en España

Basir aterrizó esta semana en el aeropuerto madrileño de Barajas entre la alegría y la confusión. Se repetía todo el tiempo que, después de años huyendo, por fin estaba a salvo, aunque antes de meterse por fin en una cama —la primera en la que duerme en años—, tuvo que pasar por varios sobresaltos. Su viaje en avión desde Rabat no llegó a las dos horas de duración, pero es ya un hito que puede abrir la puerta a casos similares. Basir, nombre ficticio de un sudanés que sobrevivió a la tragedia de Melilla de junio de 2022, que fue devuelto en caliente por la Guardia Civil y luego trasladado contra su voluntad a cientos de kilómetros de la frontera por las autoridades marroquíes, ha logrado abrir una brecha en el sistema. En diciembre de 2022, pidió asilo en la embajada española de Rabat y consiguió, a pesar de las reticencias y la pasividad del Gobierno, que la Audiencia Nacional le diese la razón y obligase a todos los estamentos competentes a cumplir con su obligación. Ahora, tras un año y medio de haber presentado su solicitud, el Ministerio de Exteriores se ha visto obligado a traerlo a Madrid, el de Migraciones a darle acogida y el del Interior a facilitarle sus trámites para formalizar su petición de asilo.

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