Ya llevaba siete días lloviendo sin tregua, el agua subía más y más, cuando el martes pasado el alcalde de Eldorado do Sul avisó a sus 42.000 vecinos de que había llegado la hora. Evacuación general. Ordenó a todos que abandonaran sus hogares inmediatamente, que huyeran porque el agua anegaría la ciudad 10 días más. Rio Grande do Sul, en el Brasil sureño, el más rico, está acostumbrado a una montaña rusa de lluvias torrenciales y sequías porque sobre él chocan masas de aire tropical y polares. Sin embargo, jamás había sufrido un temporal de lluvias tan devastador como el que empezó hace 12 días y no da señal de remitir.