Las cervezas están en un punto álgido. Artesanas por aquí, nuevas elaboraciones por allá, y un consumo desatado en este país siempre en llamas. Esta columna por lo general se destina desde hace temporadas al planeta vino. Pero los paladares de líquido fino también encuentran otros recorridos evocadores en cervezas de personalidad.
Y no nos dejan indiferentes cervezas si hay relato y pretensión detrás. Una negra de la casa Damm, que siempre indagó en esa vertiente más contundente de los fermentados de cebada llamada Equilater es la penúltima tentación. su trazabilidad nos habla de todo un proceso que incluye como rancho el higo seco, lo que aporta un dulzor de entrada que se va aclimatando y alargando con buenas notas de café y terciarios para concluir con un rico amargor final. Y con un ramalazo de hinojo, oiga.
Beber esta cerveza directamente es darle categoría gastronómica a lo que se confunde lamentablemente con bebidas de trago corto, de sensaciones, de barra de alivio y no con posibles armonías inconfesables. Pensada para los que buscan una bebida sin horario, sin la fecha del calendario, ni celebraciones de abrazo rápido. O lo que es igual, beber, que es un gran placer, y sin mirar otra etiqueta que el estado de ánimo y la curiosidad.
Pvp: 2,90 euros
www.damm.com
