Este es el pequeño pueblo de Aragón que ofrece unas vacaciones frescas y tranquilas

Este es el pequeño pueblo de Aragón que ofrece unas vacaciones frescas y tranquilas

En el corazón de la provincia de Teruel, en la comarca del Jiloca, se encuentra Fonfría, un pequeño pueblo aragonés que es un verdadero refugio contra el calor abrasador del verano. Con una población de apenas 30 habitantes, este lugar ofrece a los visitantes la oportunidad de experimentar un ambiente único y relajante en medio de la naturaleza. Este rincón escondido en Aragón es ideal para quienes buscan escapar del ruido de las grandes ciudades y disfrutar de noches frescas bajo las estrellas.

La ubicación de este pequeño pueblo está rodeada de montañas y bosques, le permite disfrutar de temperaturas agradables durante todo el verano. Las máximas rondan los 33 grados, mientras que las mínimas descienden hasta los 12 grados, haciendo que las noches sean perfectas para abrigarse con una chaqueta ligera. Esto lo convierte en un destino privilegiado para quienes desean disfrutar de un clima templado y refrescante durante las olas de calor.

El origen del río Huerva y su belleza natural

Fonfría es también el lugar donde nace el río Huerva, un río señero aragonés que comienza su recorrido en la partida de Las Cañadillas, en el Collado de los Villares, a una altitud de 1,280 metros. Este punto de inicio está marcado por un mojón que reproduce la inscripción “Origen del Huerva. D. H.Z. 1878”. El río, aunque de caudal inicial escaso, es permanente y sigue un curso de 128 kilómetros hasta desembocar en el Ebro en Zaragoza. Su cabecera, que solía ser hogar del cangrejo de río, ahora ofrece un paisaje rico en biodiversidad, con impresionantes vistas de los paisajes altos y frescos que rodean el pueblo.

La geomorfología del área alrededor de Fonfría es digna de admiración, con sus estratos inclinados conocidos como “Chevrons” visibles desde el mirador de la torre de la iglesia en La Rocha. Este fenómeno geológico, combinado con la rica flora y fauna de la región, hace de Fonfría un destino imperdible para los amantes de la naturaleza. Entre los árboles más destacados se encuentran los pinares silvestres, los robles marojales, y una población única de narcisos “Narcisuss eugenie” en un bosque de rebollos.

La fauna local es igualmente impresionante, con la presencia de buitres leonados, águilas reales, alimoches y chorlitos. En tierra, no es raro cruzarse con jabalíes, tejones, ciervos y topos, lo que añade un toque salvaje y auténtico a la experiencia de visitar este encantador pueblo aragonés.

Una riqueza cultural y patrimonial inigualable

Además de su belleza natural, Fonfría es un pueblo lleno de historia y tradiciones. La Iglesia Parroquial, bajo la advocación de San Miguel y la Santa Cruz, es uno de los monumentos más destacados. Edificada originalmente en el siglo XIII y reconstruida en 1562, esta iglesia es un pequeño museo religioso que alberga 11 retablos, algunos barrocos, y un original púlpito rococó. Su interior es definido como uno de los conjuntos más completos de Aragón.

La Ermita Virgen de la Silla, situada a dos kilómetros del núcleo urbano, es otro punto de interés. Aunque su origen exacto es desconocido, se cree que data del siglo XIII. Esta ermita, de aspecto voluminoso y planta de cruz latina, ha sido objeto de varias restauraciones a lo largo de los siglos. En su altar se encuentra una imagen barroca de la Virgen, destacada por su originalidad y rodeada de exvotos.

Fonfría mantiene vivas tradiciones únicas que reflejan la rica historia del pueblo. Entre ellas se encuentra la celebración de San Antón en febrero, donde los habitantes encienden una hoguera en la plaza del pueblo, y “la tradición de plantar el Belén” en la Ermita de la Silla, en diciembre, donde se realiza una misa y se comparte una comida de carne de cordero asada.

Gastronomía auténtica de las tierras frías

La gastronomía de Fonfría es un reflejo de su entorno. Con una cocina tradicional propia de tierras frías, la carne de ternasco (cordero) es un elemento central en muchos de los platos locales. Desde las populares chuletas a la brasa hasta el tradicional rancho de Aragón (un guiso de cordero con patatas y sofritos de pimiento, tomate, y cebolla), la cocina fonfriana es una experiencia culinaria auténtica.

Los platos de caza también son comunes, con especialidades como el jabalí estofado y escabechados de perdiz y codorniz. Los rebollones, setas recolectadas localmente, son cocinados de diversas formas, como acompañamiento de huevos o con pollo y verduras.

La tradición de hacer queso artesano con leche de cabra u oveja, aunque se ha perdido en gran medida, aún vive en algunos hogares, donde se elaboran utilizando métodos tradicionales. Durante las festividades locales, la caracolada, un plato a base de caracoles y conejo, y los “cantos”, tortas caseras de forma cuadrada hechas con harina, huevos y azúcar, son platos típicos que los visitantes pueden degustar.

Fonfría, con su pequeña población y su riqueza cultural, es un destino que invita a los visitantes a desconectar del bullicio de la vida moderna y sumergirse en un entorno donde la naturaleza y la historia se encuentran. Es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, permitiendo a sus visitantes disfrutar de un ritmo de vida más pausado y auténtico.

Ya sea por su clima fresco, su impresionante entorno natural, o su rica historia y tradiciones, Fonfría es un destino que no debe pasarse por alto. Este pequeño pueblo aragonés ofrece una experiencia única que deja una huella imborrable en todos aquellos que lo visitan.

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