Estudio indica que una de cada cuatro personas en coma es consciente de lo que sucede a su alrededor

Estudio indica que una de cada cuatro personas en coma es consciente de lo que sucede a su alrededor

El estado de coma es el resultado de una disfunción severa del cerebro, generalmente causada por un daño físico como un trauma craneal, un derrame cerebral, una infección cerebral grave, o condiciones metabólicas que afectan el cerebro. Usualmente, cuando una persona está en coma, no muestra signos de consciencia ni de respuesta a estímulos externos, como sonidos, luces o dolor. Sin embargo, un estudio de The New England Journal of Medicine’ y recogido por la revista ‘Nature’ muestra que para una de cada cuatro personas las cosas pueden ser diferentes.

Tradicionalmente, la evaluación de la consciencia en pacientes en coma se ha basado en la observación externa y en la respuesta a estímulos, lo que podía ser insuficiente para detectar niveles más sutiles de actividad cerebral. Pero esta vez, la investigación se llevó a cabo utilizando técnicas avanzadas de neuroimagen, como la resonancia magnética funcional (fMRI) y los electroencefalogramas (EEG) en 353 pacientes con lesiones cerebrales, para detectar la actividad neuronal.

Así se probó que, aunque estas personas no podían realizar acciones físicas simples, como levantar el pulgar cuando se les pedía, algunos mostraron consistentemente actividad cerebral cuando se les solicitó que se imaginaran moviéndose o realizando ejercicios físicos. Esta capacidad de responder mentalmente sin poder hacerlo físicamente se conoce como disociación cognitiva-motora

Los jóvenes tienen más probabilidades de estar conscientes durante el coma

Los científicos arrojaron que aproximadamente el 25 por ciento mostró actividad cerebral durante todo el examen y lo más curioso es que la gran mayoría eran jóvenes y habían sufrido sus lesiones a causa de traumatismos físicos. Sin embargo, el neurólogo Daniel Kondziella, del hospital Rigshospitalet (Copenhague), ha dejado claro que aún queda mucho por investigar sobre el tema y que, a medida que la tecnología avanza, es probable que descubramos más sobre cómo funciona el cerebro en estados de inconsciencia y cómo podemos mejorar las evaluaciones y tratamientos para estos pacientes.

Implicaciones clínicas y éticas del estudio

Se calcula que en todo el mundo hay entre 300.000 y 400.000 personas que sufren de un trastorno prolongado de consciencia. Esto implica que hasta 100.000 de estas personas podrían tener algún nivel de consciencia oculta. Aquí entran en juego varias repercusiones éticas como el consentimiento. Raanan Gillon, profesor emérito de ética médica en el Imperial College de Londres, destaca que, si existe una probabilidad significativa de que la inconsciencia en pacientes sea solo aparente, como sugieren estudios recientes, más personas preferirían ser mantenidas con vida.

La evaluación de consciencia es un gran paso adelante en la investigación sobre las personas en estado de coma, en específico sobre la posible comunicación con ellas. Las técnicas de neuroimagen podrían convertirse en herramientas estándar para evaluar el estado de los pacientes que no responden físicamente, ofreciendo una manera más precisa de determinar su salud a nivel mental.

Las interfaces cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés) tienen el potencial de permitir la comunicación bidireccional con personas que padecen trastornos de la consciencia, aunque su uso en este grupo aún no es común. Un estudio reciente mostró que una BCI puede ser entrenada en solo 30 minutos para convertir la actividad cerebral relacionada con el intento de hablar en texto visible en una pantalla, ofreciendo una nueva esperanza para la interacción con estos pacientes.

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