Esteroides orales en gotas o cápsulas para evitar la aversión a los inyectables, quemadores de grasas, hormonas del crecimiento o compuestos de péptidos con efecto anabolizante cada vez más presentes en el dopaje deportivo. Son solo una muestra de los productos dopantes ilegales que los consumidores pueden encontrar a la venta en internet, bajo el señuelo falso de farmacias deportivas.
Ni que decir tiene que nos encontramos ante un claro fraude y un delito de salud pública que hay que denunciar para atajar cuando antes sus potenciales consecuencias sobre la salud con el cierre rápido de estos sitios de venta.
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) ya ha denunciado ante la Policía Nacional y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios la proliferación de páginas web que utilizan, de forma fraudulenta, el término de farmacia para revestir con una apariencia de legalidad lo que a todas luces no lo es.
Los potenciales usuarios de este tipo de productos, como deportistas o culturistas, deben saber que se está jugando con su salud sin ningún escrúpulo y, de paso, también con su bolsillo, porque hay auténticas estafas. Tres de cada cuatro péptidos liberadores de hormona de crecimiento (GHRP) de venta en redes ilegales son falsificados, según datos de la Policía.
Antes de adquirir productos de dudosa legalidad en internet que pueden ser meras falsificaciones, los consumidores deben saber que las únicas farmacias legalmente autorizadas en internet a dispensar medicamentos que no requieren receta médica son aquellas que están abiertas al público físicamente y figuran en el listado publicado por las autoridades sanitarias (https://distafarma.aemps.es). Es la forma más rápida y segura de comprobar si nos encontramos ante una farmacia legal o no.
El mensaje que debemos transmitir ante el dopaje y el uso de sustancias prohibidas que son, en algunos casos, medicamentos de diagnóstico hospitalario es que no merece la pena tomar atajos: son productos que pueden provocar desde una trombosis a un daño irreversible en el hígado y riñones o, en el caso de los esteroides o los SARM –moduladores selectivos de receptores de andrógenos–, impotencia, atrofia testicular, diabetes o ginecomastia, entre otros muchos trastornos.
Como profesionales sanitarios, tenemos que informar y concienciar a la población sobre el riesgo de consumir sustancias o medicamentos falsificados e ilegales fuera de los canales autorizados para proteger la salud de la población. No se la juegue, por favor.
