En Argentina hay pocas cosas tan indiscutibles como el INDEC, el instituto público que ofrece las principales cifras económicas. Todos los sectores, a un lado y otro del arco parlamentario, respetan sus números. Una rápida incursión en su página web explica con mucha más claridad que cualquier análisis político por qué Javier Milei ha viajado a Madrid a dar la “batalla cultural” contra “los zurdos” (para él, casi toda la humanidad, no solo los progresistas, porque incluye allí a buena parte de la derecha moderada, la ONU, el FMI e incluso a los empresarios de Davos a los que ve entregados al socialismo). Y también por qué llamó “corrupta” a la mujer del líder democrático del país que está visitando, algo inédito en cualquier uso diplomático mínimo.