Hoy puede ser un gran día, para el espectáculo

Hoy puede ser un gran día, para el espectáculo

Joan Manuel Serrat, el mítico cantautor catalán, que en los estertores del franquismo se la jugó por defender el catalán, deja oír al fondo su voz, por sobre el barullo «social-indepe» en Cataluña: «Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti». Cierto, hoy, 8 de agosto, con media España –incluida Cataluña, que en esto tampoco es diferente– de vacaciones y el mundo pendiente de los Juegos Olímpicos, del posible ataque de Irán a Israel y de lo que pueda ocurrir en los mercados, puede ser un gran día, pero para el espectáculo, en Barcelona. Carles Puigdemont, mejor dicho, sus fieles, han anunciado un golpe de efecto que intentará impedir la investidura del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat, previo pago de su particular «plato de lentejas» en forma de primera piedra para una futura, y también incierta, independencia fiscal catalana, que no por ello deja de ser menos preocupante. Pedro Sánchez, por una parte, y el socialismo catalán –que ganaron las elecciones, es cierto–, estaban dispuestos a lo que hiciera falta para obtener la presidencia de la Generalitat, porque lo de gobernar es otra cosa, que también depende de los «indepes» de ERC, que ya han dicho que ellos solo han pactado la investidura. Hay una cierta euforia, aunque contenida, en el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), al que el histórico socialista Nicolás Redondo Terreros llama «furgón de cola del independentismo» y también «el poli bueno» en la deriva «indepe». Parece cierto; sin la cobertura del teórico socialismo catalán, desde los tiempos de Pascual Maragall, el independentismo no habría tenido el auge que ha tenido. Todo eso puede tener hoy una gran traca, no final, sino provisional, según el espectáculo –porque es sobre todo eso– que organice Puigdemont, incluida una detención que incluso podría haber estado hablada y preparada de antemano entre sus abogados y los «Mossos d’Esquadra». Otra cosa es lo que pudiera hacer luego el juez Llarena y el huido de Waterloo tampoco tiene garantías de que su espectáculo impida la elección de Illa y el mundo mira hacia otros lados. Hay vida más allá de Cataluña. «Hoy puede ser un gran día» –para el espectáculo– «y mañana también» recomendaba el mítico Serrat, catalán, ese sí, universal, para más señas.

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