Ignacio Garriga: el esperado “sorpasso”

Ignacio Garriga: el esperado “sorpasso”

Toda su campaña ha ido más encaminada a lidiar con el PP que a combatir el independentismo. En esa estrategia errónea diseñada por Santiago Abascal y sus asesores, que únicamente favorece al PSOE, el candidato de Vox, Ignacio Garriga, busca con fervor mantener sus buenos resultados de las últimas elecciones y, sobre todo, dar el anhelado “sorpasso” al partido de Alberto Núñez Feijóo en Cataluña.

Las últimas encuestas vaticinan un duelo final en el electorado de derechas y no separatista en Cataluña, que este hombre de color, buen orador, miembro supernumerario del Opus Dei, y persona de confianza de Abascal, ha intentado rentabilizar. La táctica de rivalizar con el PP es un error de cálculo descomunal, que divide al electorado de centroderecha y favorece claramente a la izquierda y al soberanismo, máxime en una comunidad tan convulsa como Cataluña.

Segundo de los hijos del matrimonio formado por el belga Rafael Garriga Kuijpiers, y la ecuatoguineana Clotilde Vaz de Conceicao, el candidato de Vox estudió en La Farga, escuela concertada vinculada a la prelatura católica de la Obra, está casado y es padre de cuatro hijos. Se afilió al PP en 2005 en torno al entonces llamado movimiento “regenerador” de Montserrat Nebrera, que abandonó cuando esta perdió claramente frente al sector liderado por Alicia Sánchez Camacho. Entonces dejó las filas populares y entró en Vox para ser conocido como “el mulato” del partido.

Diputado por Barcelona en el Congreso en la XIII y XIV Legislatura, intervino en la moción de censura presentada por Vox contra Pedro Sánchez en octubre de 2020. A pesar de las tesis de su partido contra la inmigración ilegal ha mantenido un discurso conciliador al respecto. Él mismo se define como “inmigrante, humanista y, sobre todo, cristiano”.

En las últimas elecciones autonómicas obtuvo un resultado histórico de once diputados en el Parlamento catalán, algo que ahora aspira a repetir sobre el PP. Hombre de absoluta confianza de Santiago Abascal, fue elegido secretario general de Vox en sustitución de Javier Ortega Smith, tras la purga de los llamados liberales del partido, entre ellos Iván Espinosa de los Monteros. Su reto está ahora en dirimir la barrera electoral con el candidato popular, Alejandro Fernández, y mantener los buenos resultados de los últimos comicios autonómicos por encima del PP.

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