El candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, ha dado marcha atrás este viernes en su estrategia de mostrarse abierto a conversar y llegar a acuerdos de gobierno con todas las fuerzas políticas, a excepción de la “ultraderecha”, en referencia a Vox, a la que descartó.
En una entrevista la mañana del día del primer debate electoral en televisión de este pasado jueves, el exministro de Pedro Sánchez apostó ante los micrófonos de la SER por ser el líder de un Govern “transversal” en el que la nadie —menos los de Abascal— estaría a priori descartado.
La pasada noche el representante de Junts en el debate de RTVE, Josep Rull, negó tajantemente la posibilidad de que la formación independentista compartiese el poder en un Ejecutivo catalán con los socialistas.
El resto de formaciones no secesionistas, del PP y Ciudadanos a los Comunes se mostraron seguros de que intentaría llegar a un acuerdo de gobierno con Puigdemont o Aragonès para entrar en la administración catalana.
La candidata de los de Sumar, Jessica Albiach, se mostró durante el debate con “la certeza” de que estaría entre los principales planes que baraja tras las autonómicas y afirmó que es “bastante sorprendente para toda Cataluña” su voluntad de acercarse a “la antigua Convergencia”.
El naranja Carlos Carrizosa le acusó de lanzar “cantos de sirenas en sus futuros pactos” con ERC y Junts y de “no tener otra salida que hacer lo que le diga” el líder nacional de su partido, Pedro Sánchez. Alejandro Fernandez, candidato del PP a la presidencia catalana, también consideró que se había “destapado” tras no cerrar la posibilidad de pactar con Junts.
Illa, ya este viernes, ha afirmado que no pactará con los de Puigdemont el hacerse con la Generalitat en común porque “ellos mismos se autoexcluyen” y “apuesta por el bloque” durante una conferencia económica. “Su lógica es la de la década perdida y mi lógica es la de un Govern fuerte. Son lógicas incompatibles”, añadió.
Rechazó también con un “francamente no” la posibilidad de ceder sus votos para hacer presidente de Cataluña al candidato a la reelección de ERC, Pere Aragonés, o al expresident fugado y candidato neoconvergente, Carles Puigdemont.
Expuso, de igual forma, los dos escenarios postelectorales que cree que pueden abrirse tras el 12M. En el primero, en el que confía y que a él le gustaría, tendría una mayoría y representación suficiente en el Parlament para poder gobernar, sin aclarar en qué términos.
La otra, que Alianza Catalana, a la que ha denominado “el Vox catalán”, de la alcaldesa de Ripoll Silvia Orriols acabe consiguiendo un escaño en la Cámara autonómica y “descante a una parte del independentismo (Junts) hacia una deriva preocupante”
