Indescriptible horror

Indescriptible horror

El 21 de agosto fue el Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo y el lema de la ONU este año es «Voces por la paz: las víctimas del terrorismo como promotoras de la paz y educadoras».

Los supervivientes (que son las verdaderas víctimas ya que sentimos que los asesinados gozan de una paz que los que se quedan a veces no logran conquistar ni en toda una vida) tenemos el compromiso de propagar y promocionar la paz y una educación que mantenga a salvo a toda la sociedad.

Líderes de la ONU y testimonios de víctimas de terrorismo se unieron el miércoles en un acto virtual que puso en valor: humanidad, imparcialidad, independencia y neutralidad. Un homenaje al coraje y los esfuerzos de quienes tuvimos la suerte de sobrevivir, por «transformar tragedias personales en fortalezas colectivas».

Lo más emocionante fue el minuto de silencio global en memoria de todas las víctimas. Siguen calando hasta lo más hondo esos 60 segundos de silencio, recuerdo y conexión con quienes ya no están. Una emotiva mesa redonda aludió al poder transformador de las víctimas en la concienciación y su legado de paz y resiliencia. Un espacio para no olvidar a las víctimas del terrorismo, como el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo de Vitoria, regido por una fundación con el mismo nombre, adscrita a la Administración General del Estado.

La asociación Dignidad y Justicia denuncia las concesiones al terrorismo y rechaza reescribir su macabra historia con el fin de «justificar pactos».

Conocemos bien el dolor y consternación que revivimos ante cada indescriptible horror, venga de donde venga, como el asesinato de Mateo, el niño de 11 años que jugaba al fútbol en Mocejón (Toledo) cuando un joven se abalanzó sobre él y acabó con su vida apuñalándole.

Un irracional e irreversible acto macabro como los que provocan el terrorismo y la violencia en tantos lugares del mundo.

Please follow and like us:
Pin Share