La carita de Pecco Bagnaia en el parque cerrado, en el hueco reservado para el tercer clasificado, era un poema. Un choque frío de manos con su mecánico y poco más, porque en Le Mans había sido derrotado por Jorge Martín y por Marc Márquez, que, literalmente, le quitó las pegatinas en la última vuelta con un adelantamiento brutal en el primer mano a mano entre los dos que gana el “93”. Quería el vigente campeón quitarse la espina del fiasco de la Sprint, pero no pudo con los que ya son, oficialmente, sus rivales por el título. Cedió ante “Martinator”, imparable ahora mismo y que firmó en Le Mans el pleno de puntos, 37, con dos victorias con las que da un golpe en la mesa y refuerza su liderato. Y tuvo que ceder también con Marc, que soltó los frenos y le pasó a lo grande para confirmar que está volviendo a disfrutar y que está mucho más que vivo en el campeonato. En Jerez el pulso fue para Bagnaia, pero en Francia no estaba dispuesto Marc a perder de nuevo. Hizo un adelantamiento marca de la casa para culminar su segunda remontada en dos días. Tanto el sábado como el domingo pasó del puesto 13º al segundo y ya es tercero en el campeonato. Está donde quería, porque sigue en proceso de adaptación a la Ducati, pero mientras se está colocando en un lugar que le puede permitir luchar por todo. Va dando pasos hacia adelante a la espera de esa victoria que confirme todo y termine con la sequía que le acompaña ya hace mucho tiempo.
Jorge Martín es el jefe de MotoGP, pero cuidado que Marc Márquez ya está aquí
