José Juan Fornés: “Miramos cada día los precios de la competencia para no perder clientes”

José Juan Fornés: “Miramos cada día los precios de la competencia para no perder clientes”

¿Cuál es el origen de Masymas?

En 1981 pusimos en marcha la primera tienda minorista; cuando yo tenía 21 años le planteé a mi padre, que tenía un negocio mayorista y repartía a los pueblos de alrededor de Pedreguer como mayorista, que nos dirijamos al consumidor directamente. Veía que las tiendas a las que suministrábamos con el negocio de mis padres, las nuevas generaciones, las que tomaban el relevo, ya no se quedaban con esas tiendas, y por eso yo quería vender directamente al consumidor estos productos que nosotros comprábamos para otros. Y ahí nace la primera tienda, con seis empleados cuatro años después de montar la primera tienda, montamos la segunda.

Imagino que los inicios no serían fáciles…

Fueron difíciles, además antes era todo manual, se ponía los precios manualmente. En 1981 no había escáneres y yo tampoco entendía de informática, los precios se ponían a mano y los pedidos se hacían a mano.

Esos tiempos tenían su encanto…

Sí, la verdad es que llevo 43 años trabajando cada día por mejorar y todavía hoy busco esa intensidad en el trabajo. El trabajo es apasionante y muy divertido porque no hay tiempo que perder, hay que mejorar cada día, porque tenemos un entorno altamente competitivo.

De una tienda distribuidora mayorista en 1981 a las cifras de 2023, 115 supermercados en la Comunidad Valenciana y Murcia y 2.750 empleados ¿cómo ha llegado hasta aquí, a ser la tercera cadena de la Comunidad Valenciana por detrás de Mercadona y Consum?

Con ilusión, constancia, aprendiendo de los errores, mirando hacia adelante, y tomando todas las decisiones teniendo al cliente como objetivo principal; es decir, intentando que todo lo que hagamos sea bueno para el consumidor, servicios, precios, surtidos, atención, la calidad, etcétera. Si hacemos algo pensando en nosotros, no funcionará, todo lo que hagamos tiene que ser poniéndonos en la piel del consumidor.

De diez años a ahora, los supermercados han experimentado un gran cambio y la competencia de Masymas en la Comunidad Valenciana es muy fuerte con Mercadona y Consum a la cabeza ¿cómo se logra fidelizar al cliente?

Principalmente por la diferenciación, es decir, intento que Masymas sea diferente a los demás en algunos aspectos como, por ejemplo, el amplio surtido; no sólo ofrecemos la marca propia, tenemos también las marcas de los fabricantes, y nuestra cuota de marca propia es más baja que la de nuestros competidores. También tenemos venta asistida de carne y charcutería y también nos diferenciamos por la calidad de los productos; de hecho, el pescado que vendemos es de lonja. Apostamos por productos de proximidad, porque lo más importante para nosotros es la calidad, si el negocio funciona.

Imagino que para ser competitivos Masymas también cuidará los precios que con la inflación se han disparado…

Nosotros miramos cada día los precios de nuestros competidores, porque no queremos perder ni un solo cliente por vender más caros que nuestra competencia; a veces estamos dispuestos a sacrificar margen de nuestra cuenta de resultados a cambio de que el cliente encuentre el mismo precio o un precio mejor en Masymas que en nuestra competencia. Con la inflación de ahora no hemos podido repercutir todos los precios de costo, es decir, que hemos hecho de dique de contención e incluso la Organización del Consumidor, la OCU, hizo un informe en el que dijo que Masymas era la cadena que menos había subido los precios desde que se disparó la inflación a esta parte.

La invasión de Ucrania por parte de Rusia y ahora la guerra de Gaza ¿cómo han afectado los supermercados?

El conflicto de Ucrania ya vimos el impacto que tuvo en la inflación el año pasado con meses de un 12 o un 15%, aunque a final de año bajó hasta el 7%, pero de media en 2023 el IPC se mantuvo en el 9%. La guerra de Israel no sabemos lo que afectará los precios de los productos; de momento, se está relajando la inflación y los precios de abril son muy similares a los de abril del año pasado, pero no volvemos al año 2022; es decir, a los de antes de la guerra, si no que nos mantenemos en esa inflación que hubo ahí; sí se mantienen los precios de 2024 sobre 2023. En Ucrania se vendía mucho grano, mucha soja, mucho cereal y ahora habrá otros países de suministro y el mercado se ha recompuesto; entonces, la situación desde el punto de vista de la inflación se está moderando, pero no sabemos cuáles van a ser las repercusiones finales de las dos guerras.

¿Cómo han variado los precios?

La oferta y la demanda son las que hacen que los precios cambien, si hay mucho arroz, si hay mucha oferta de cereal, al final, cuanto mayor es la oferta, más se pueden ajustar los precios; los productos nos llegan a nosotros al final de la cadena, los mercados mundiales mueven cantidades enormes y ahora un kilo de arroz tiene un precio razonable, 1,40 o ,1,50 euros, mientras que en 2022 el precio era 1,20. Ojalá se acabaran las guerras pero ahora hay moderación en los precios y la situación va por el camino para llegar a una calma y estabilidad comercial.

¿Cómo está siendo 2024 para Masymas?

Vamos a crecer y vamos a invertir en nuevas tiendas y en reformar otras este año y el próximo año. Ahora además estamos apostando por la sección de Cocina que es cocina hecha en la propia tienda; es decir, hacemos paellas o el arroz al horno, todo en las cocinas de las tiendas, es lo más parecido a ir a un restaurante. Es una sección que está funcionando bien, porque queremos ahorrar tiempo al ama de casa al menos algún día entre semana. Ofrecemos platos de calidad, es decir, como si los hubiera guisado la madre o la abuela. De 115 tiendas, ya tenemos 23 tiendas con cocina propia, y esta nueva sección la pusimos en marcha en 2017.

¿Cuáles son los retos para 2024?

Lograr un crecimiento sostenible, en una empresa familiar lo que interesa es hacer las cosas bien y pasar el testigo a las nuevas generaciones; necesitamos crecer para competir si no creemos, retrocedemos. Tenemos que intentar mejorar cada día un poco más.

¿Es una ventaja o una desventaja ser una empresa familiar?

Soy vicepresidente de la Asociación de la Empresa Familiar de la Provincia de Alicante, AEFA. Para mí que no quería ser empresario, es decir, que lo quería era ayudar a mi familia, mi punto de partida fue ese, ayudar a mi familia. A mi padre le dije, monta una tienda pero para tener trabajo todos los hermanos porque somos seis. Y al final vas cogiéndole el tranquillo y te enamoras del oficio. Siempre he contado con el apoyo y la ayuda de la familia, primero, mi padre, luego, mis hermanos y ahora con mi hijo y mis sobrinos. En la empresa familiar hay dos cosas que son imprescindibles, el respeto y la generosidad. Si cada uno encaja donde realmente se siente útil y su desempeño es correcto, es lo mejor que puede pasar. Tú haces tu trabajo a gusto, sacando el máximo de tu potencial y llevas en la sangre a la familia. Para mí la familia unida tiene mucha fuerza, al mismo tiempo podría decirte también que desunida, la empresa se puede ir al traste.

¿Para que eso no pase qué hay que hacer?

Pues, respeto, generosidad, cuidar mucho, mimar mucho… si hay respeto los desencuentros se pueden solventar.