Juanjo Tellaetxe, el cura alavés que elabora ‘txakoli’ como antaño: “Antes veías una botella en cada mesa y ahora como mucho una copa”

Juanjo Tellaetxe, el cura alavés que elabora ‘txakoli’ como antaño: “Antes veías una botella en cada mesa y ahora como mucho una copa”

“Yo tengo poco rollo, no soy el típico que se enrolla en las bodegas y estas cosas”, se presenta con una sonrisa pudorosa Juanjo Tellaetxe (Artomaña, Álava, 58 años) a las puertas de su bodega, Tantaka Wines, en el pueblo alavés de Amurrio. Como cura que es desde hace 33 años, es probable que esté acostumbrado a escuchar a la gente, pero no a que le entrevisten. La solución es fácil. Su tono tajante, más propio de la timidez que de la antipatía, se va relajando a medida que se suceden los minutos y los brindis con los txakolis que él mismo produce en esa bodega. “No sé por qué empecé en esto hace unos cinco años, es como cuando me dicen: ‘¿Cómo así te metiste a cura? Pues no lo sé”, reconoce ya entre sonoras carcajadas.

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Del origen de la agricultura al arca de Noé: etiquetas con mucha historia

Lo primero que llama la atención de las botellas de Tantaka Wines es la etiqueta. En ellas sobresalen dibujos que parecen arte rupestre sacado de una cueva, con representaciones del hombre, los animales y la naturaleza. “Me las hace Calcco, una empresa de Logroño, con alguna idea que les di yo”, explica Juanjo Tellaetxe. Dice que encontrar un nombre para su bodega fue un problema “porque en Euskadi piensas 100 palabras y 90 están registradas, sobre todo en el campo de los vinos”. Hasta que encontró Tantaka, que traducido del euskera al castellano significa “gota a gota”. “Está relacionado con esta zona que es tradicionalmente húmeda, la del salto del Nervión”, dice señalando el dibujo que hace alusión a esta imponente cascada en la etiqueta. El resto de ilustraciones, siguiendo ese hilo argumental de la tradición y el agua como fuente de vida, representan el inicio de la agricultura y la ganadería, entre otros detalles.

La faceta de cura tampoco podía faltar en las etiquetas. Las de la gama Diapiro hacen referencia al episodio de la Biblia del arca de Noé. Se ve un buey y una oveja que suben al arca, a modo de metáfora de cómo Tantaka Wines recupera los orígenes también en la viticultura. Debajo se lee la frase: “Todo lo que tenía espíritu de vida, todo lo que había en la Tierra, murió. Desde el hombre hasta la bestia, los reptiles y las aves del cielo: fueron raídos de la Tierra y quedó solamente el arca y lo que en ella se protegía”. Está un poco edulcorada en relación al pasaje original del Génesis (“Pereció todo ser que habitaba la tierra seca y tenía aliento de vida…”), pero eso no es responsabilidad de Tellaetxe. “A mí me gusta la original, pero me dijeron que mejor una menos fuerte”, cuenta sonriente.