Se avecinan meses decisivos para decidir el liderazgo de ERC. Pese a convertirse en un necesario apoyo para la investidura del socialista Salvador Illa como president de la Generalitat, el descalabro de las elecciones autonómica está bastante reciente, y es un momento complicado para la formación independentista.
En principio, el congreso nacional del próximo 30 de noviembre tendría que servir para dilucidar el nuevo liderazgo, pero apareció un problema con esta fecha. No es del agrado del ex líder Oriol Junqueras.
Esta fue una fecha elegida por la dirección de ERC en mayo, cuando estalló el conflicto interno en la formación, pero que nunca fue del agrado de Junqueras, que está buscando su reelección como líder. Ahora, fuentes del entorno del ex líder republicano exponen que la fecha del 30 de noviembre supone un «incumplimiento de los estatutos» y aseguran que el congreso debería celebrarse, a más tardar, en septiembre.
Con esta postura, la intención de Junqueras es presionar a la cúpula actual, más favorable a Marta Rovira. Desde el sector más cercano al ex secretario general se considera que dilatar la fecha del congreso beneficiaría a la actual líder. Si se celebra el último día de noviembre y no en el ya muy cercano septiembre, los rivales de Junqueras ganarían tiempo para conseguir adeptos. La sensación generalizada es que la candidatura de Junqueras es sólida, con tiempo de rodaje y que encima habría aprovechado sus numerosos viajes por Cataluña, traducidos en forma de reuniones con miembros y simpatizantes.
Desde el entorno de Rovira, que aún no tiene ni un líder definido, siempre lo negaron. El círculo próximo de Junqueras medita ahora hacer algún movimiento formal para pedir que se avance el cónclave.
Pese a su actual negativa a hacer muchas declaraciones, la intención de Junqueras parece ser la de mantener apariciones públicas puntuales, pero evitar hacer referencias sobre la situación interna de Esquerra o sobre la actualidad catalana. Es una fórmula para estar en el candelero mediático sin desgastarse con comentarios sobre el momento político que podrían suponerle un desliz o desviar el foco sobre lo que realmente quiere hablar.
Desde que hace dos meses dejó del liderazgo de ERC, el ex secretario general empezó a recorrer las agrupaciones locales del partido para conseguir los apoyos que le devuelvan a la presidencia de la organización.
Dedicó el verano a ello siempre con un mismo patrón: no convocar públicamente los actos, pero dejar testigo de ellos en las redes sociales. El último fue el viernes pasado en Blanes (Girona), cuando se encontró con los militantes de las comarcas gerundenses.
Esta discreción mediática de Junqueras a la hora de buscar apoyos tendrá un paréntesis el 30 de agosto. Según explican las mismas fuentes de su entorno, ese día sí se convocará formalmente un acto con jóvenes del partido en el municipio en el que reside y del que fue alcalde, Sant Vicenç dels Horts. Será el primer acto público en su carrera para intentar volver a la presidencia.
Junqueras superó los 2.000 apoyos de militantes de ERC en su aspiración de volver a liderar el partido, solo durante su primer mes de contacto con las bases por toda Cataluña desde que dimitió el 10 de junio, para tener un «proceso de escucha activa de la militancia y de reconexión con la sociedad».
Fuentes de Militància Decidim, que impulsa la candidatura de Junqueras, explicaron que consiguieron la adhesión de más de 2.000 personas, implicadas ahora en varios grupos de trabajo para una regeneración democrática del partido y «resituar a ERC donde le corresponde y donde Cataluña necesita que esté». Añadieron que lo consiguieron por tener un «proyecto coral y transversal y de renovación de Junqueras y del equipo de personas que le acompañan».
