Aquel viejo dicho de “mi casa, mis normas” puede que valiese hace algunos siglos (aunque tampoco era del todo cierto), pero hoy en día es impensable. Ya sea ‘de puertas para fuera’ o ‘de puertas para dentro’, existen unas ciertas reglas sociales de convivencia que hay que respetar, tanto por deferencia hacia los demás como porque así está establecido en la ley.
Por suerte, en España ya no existen los toques de queda que le obliguen a uno tener que regresar a una determinada hora marcada por el Estado, como sucedió durante algunas etapas del franquismo o más recientemente en la fatídica pandemia. Sin embargo, por muy propietario que uno sea de las cuatro paredes que le acogen, se debe a ciertas normativas de ‘convivencia’ ciudadana.
Hacer ruidos fuertes a partir de ciertas horas de la noche puede acabar en una multa o sanción económica grave, dependiendo de la reincidencia y el grado de alboroto. Esto es especialmente preocupante en las grandes ciudades, donde la población está cada vez más atomizada, los vecinos no se conocen entre ellos y la llamada ‘contaminación acústica’ es elevada y constante.
Aunque cueste de creer, hoy en día el propio Estado o gobierno municipal es capaz de ordenar incluso cómo debe disponerse un hogar por dentro. En muchas ocasiones se justifica en motivos de seguridad o salud, como cuando se requiere de una salida de humos para montar una cocina en un local o de un mínimo de ventilación para declarar un semisótano como espacio habitable.
Esta es la única ciudad de España donde es obligatorio disponer de bidé
Bidé es la forma castellanizada de la palabra francesa ‘bidet’ (“caballito”), que hace referencia a un mueble normalmente construido en porcelana que se aloja en el cuarto de baño y sirve para asearse con facilidad la zona perianal y del ano. Aunque en el entorno europeo e hispano es bastante común, en las casas de Norteamérica su presencia es prácticamente nula. Las redes sociales están llenas de vídeos de extranjeros que llegan a España de intercambio o de vacaciones y se llevan una gran sorpresa al encontrarse este aparato en el baño.
En muchas ocasiones, las leyes municipales obligan a construir o mantener los hogares de una cierta forma, normalmente prohibiendo realizar obras que modifiquen la estructura del edificio sin un permiso previo para evitar riesgos de colapsos o derrumbamientos inesperados. Curiosamente, mientras que en muchas ciudades la tendencia es cada vez más hacia una mayor libertad del espacio personal, hay un municipio en España que mantiene desde hace años una disposición obligatoria bastante inusual.
Hablamos nada más y nada menos que de la histórica ciudad de Zamora, donde las leyes municipales establecen como obligatorio que un espacio debe contar con bidé para poder ser considerado como habitable. Pero va incluso más allá, y determina algunas otras con las que debe contar un lugar para ser considerado ‘vivienda unifamiliar’, que son:
Tener una superficie mayor a los 20 metros cuadrados.Contar con al menos dos habitaciones, siendo la primera una estancia-comedor-dormitorio, que también puede llevar incorporada la cocina (lo que viene llamándose un ‘loft’). La segunda debe ser un cuarto de baño completo.Este cuarto de baño debe contar con lavabo, inodoro, bidé y ducha.Solo se permiten los tendidos de ropa al aire libre si no estorban en la iluminación mínima ni están la fachada del edificio que da a la vía pública.
Así lo establece el Artículo 72 del Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad de Zamora, que se promulgó en 2011, pero la obligación del bidé ya se incluía en legislaciones anteriores. Este caso ha abierto cierto debate ya que, aunque una persona desee no instalar un bidé en su nueva casa para poder ‘ganar’ ese espacio y aprovecharlo para otra función, no le está permitido.
Aunque el bidé fue muy popular hace algunas décadas, con el tiempo y el avance en los productos de higiene íntima (especialmente femeninos), cada vez se le ha indo confiriendo menos importancia. Tanto es así que en casi todas las ciudades de España, menos en Zamora, no lo establecen como requisito ineludible para la vivienda.
