La hegemonía del Barcelona también es social

La hegemonía del Barcelona también es social

En medio de la conversación pública sobre si el Barcelona arrebató el sábado en San Mamés la hegemonía futbolística en Europa al Olympique de Lyon al tumbarlo por primera vez en una final de Champions, hubo una superioridad que quedó patente: la social, la capacidad del club azulgrana para movilizar a decenas de miles de seguidores a Bilbao mientras que el ocho veces campeón continental vio cómo en las gradas del estadio había solo un puñado —en torno a 2.000— de aficionados lioneses. San Mamés y la capital vizcaína estuvieron teñidos con los colores azulgrana durante todo el fin de semana. La arribada de hinchas catalanes fue tan formidable que se batió el récord de asistencia a una final de la Champions con 50.827 espectadores, por encima de los 50.212 que llenaron el Estadio Olímpico de Múnich en 2012 en la segunda orejona del Lyon.

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