Aún se sienten los estragos que ha dejado la boda en el seno
de la familia de Severiano Ballesteros y los Botín. No solo en sus invitados, también
en los novios. Carmen Ballesteros Botín, hija del afamado golfista y sobrina –además
de ahijada- de la banquera Ana Botín, dio el ‘sí, quiero’ el pasado 11 de mayo
a su novio, Juan Diego García, con el que ha mantenido un intenso noviazgo,
ahora reconvertido en matrimonio. Para disfrutar las mieles de este cambio en
el Registro Civil, la pareja se ha entregado de lleno al correspondiente viaje
de novios, el cual les ha llevado a descubrir las maravillas que esconde Japón.
Así lo está mostrando la propia pareja en sus redes sociales, dando buena
cuenta de todo lo que se encuentran en su camino y, de paso, los manjares con
los que están estimulando su paladar.
La boda se celebró por todo lo alto, sin escatimar en lujos
y teniendo presente que es un momento único que solo se disfruta una vez. Fue
en Cantabria, concretamente en la finca familiar de Puente San Miguel. Tras
brindar por los recién casados, el banquete, las fotos, los bailes y demás
momentos mágicos de la ceremonia y sus faustos, que se alargaron durante dos
días, la pareja ha tomado un avión para huir de la rutina y pasar los primeros
días como marido y mujer en un emplazamiento único. El lugar elegido para su
luna de miel ha sido Japón, donde ya se han perdido por sus calles maravillados
por el choque cultural, como así han querido deleitar a sus fans de las redes
sociales, con imágenes que nos cuelan a su viaje de novios.
La primera gran parada en el tour nupcial de Carmen
Ballesteros Botín y Juan Diego García ha sido la impresionante Kioto, visitando
uno de los rincones obligatorios para todo turista que se precie: el templo de
Kiyomizu. Pero además de fotografiarse junto a los emblemáticos monumentos,
también reservaron un hueco en su camino para saciar su apetito y descubrir las
maravillas de la gastronomía nipona, como también hicieron después en Nara.
Aquí tuvieron la mágica oportunidad de dar de comer con sus manos a los ciervos
que se encuentran en el impresionante parque de la ciudad, uno de los
principales reclamos turísticos, más allá de su belleza arquitectónica.
Pero Carmen Ballesteros Botín y Juan Diego García tienen muy
claro que sus primeros días como marido y mujer no pueden ser a modo de
turistas pateando las calles de Japón. También han reservado para su luna de
miel momentos de desconexión en los que la ruta de viaje tan solo indique
descansar gran parte del día. No hay mejor lugar para este cometido que las
paradisiacas playas de Maldivas, donde pondrán rumbo una vez finalizado su
periplo nipón. Dejarse tostar por un privilegiado sol, mientras todas las
comodidades están aseguradas con su correspondiente pulsera de ‘todo incluido’
es la mejor forma de dar comienzo a su matrimonio, aunque antes les hacía
especial ilusión descubrir qué esconde Japón y por qué se ha convertido en uno
de los viajes estrella para los recién casados.
