La mujer que asistió a su propio funeral

La mujer que asistió a su propio funeral

La rabina francesa Delphine Horvilleur cuenta que cuando era estudiante en Nueva York solía dar clases de hebreo en una sinagoga de Manhattan a un grupo de abuelitas hipersofisticadas del pijísimo Upper East Side. Entre ellas se encontraba Myriam, una señora alegre y con mucho sentido del humor que solía encajar en su diminuto bolso toneladas de comida y de tés perfumados para la merienda. Pero Myriam no siempre había sido tan jovial. Un día le confesó a su french rabbi, de la que se había encariñado con el paso de los meses, que durante muchos años sufrió una profunda depresión. Había perdido las ganas de vivir, casi ni se alimentaba, y no hacía ninguna actividad, pese a las desesperadas propuestas de sus hijos para que saliera de casa. Ya no deseaba nada. Solo una idea, o mejor dicho una obsesión, le mantuvo viva en esa época oscura: la organización de su propio funeral.

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