La comunidad LGTBIQ en Europa se esconde menos que nunca y la discriminación social se va reduciendo, aunque sea de forma lenta y se mantenga aún en un nivel “alto”. Pero este tímido avance choca con unos niveles de acoso, bullying y actos de violencia contra estas personas que, según una extensa encuesta de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA, por sus siglas en inglés), está alcanzando nuevas y preocupantes cotas.