La última entrega de ‘MasterChef 12‘, emitida por RTVE, se
abrió con un momento emotivo: el regreso de Samya, la concursante marroquí que
había ganado el delantal de la segunda oportunidad en una de las pruebas
anteriores, convirtiéndose así en una situación inédita para esta edición. Samya, con su característico sentido del humor, sorprendió a
sus compañeros con su reaparición, bromeando sobre su ausencia: “No estaba
muerta, estaba de parranda. Y aquí estoy, como una buena zorra marchita… Hierva
mala, nunca muere”, mientras sonaba la música de Nebulossa.
Expulsiones y salvación sorprendentes
La competencia continuó con una prueba dedicada al amor,
donde los concursantes tenían que preparar platos usando ingredientes
afrodisíacos. La sorpresa llegó cuando se anunció que el pin de la inmunidad
estaba en juego nuevamente, y Gonzalo fue el ganador. En un momento crucial,
Gonzalo tuvo que decidir si usar el pin de la inmunidad o arriesgarse a
enfrentarse a la prueba de eliminación. A pesar de la tentación, decidió
mantener el pin y permanecer en la competencia.
La prueba de expulsión presentó un desafío único, donde los
concursantes debían aplicar cada uno de los sentidos en la elaboración de sus
platos. Samya logró salvarse en la primera ronda, a pesar de ciertas
controversias, mientras que Gonzalo, David y José se enfrentaron a replicar un
plato elaborado por Oriol Castro, con cinco soles Repsol en sus fogones. La
tensión aumentó cuando se anunció que habría dos expulsados en esta entrega.
Tras una difícil deliberación, Gonzalo fue el único concursante que se salvó de
la eliminación, dejando a David y José fuera del programa. David, el legionario
terraplanista, expresó su gratitud por la experiencia y compartió sus
predicciones para las ganadoras, Ángela y María, antes de despedirse del
programa.
Una nueva discusión con Jordi Cruz de por medio
Durante la preparación de los platos en la majestuosa Real
Escuela Andaluza del Arte Ecuestre en Jerez de la Frontera para una desafiante
prueba por equipos, surgieron tensiones cuando Pulga delegó tareas, destacando
la importancia del postre, lo que llevó a una disputa entre Ángela y Celeste
sobre la asignación de responsabilidades. La intervención de Jordi Cruz intentó
calmar los ánimos, enfatizando la necesidad de valorar el esfuerzo de cada
miembro del equipo.
Sin embargo, la situación se intensificó cuando Ángela expresó su frustración hacia Jordi Cruz, cuestionando su enfoque en la disputa
entre Celeste y Pulga. La conversación escaló rápidamente, con Jordi Cruz
instando a Ángela a evaluar las críticas constructivas y reconocer el esfuerzo
de sus compañeros.
